Queremos que Teruel exista pero no como un vertedero de Europa". Así de contundentes se mostraron ayer los representantes de los sindicatos CCOO, UGT, UAGA y la Fundación Ecología y Desarrollo ante la intención de la empresa Prenasa de instalar en Alloza (Teruel) una planta de reciclado de neumáticos a partir de la técnica de calentamiento termólisis. Los colectivos están convencidos de que la empresa "no pretende reciclar sino apuntarse al negocio de la generación de energía mediante la incineración".

En Aragón se acumulan unas 15.000 toneladas de neumáticos inutilizados al año y 5.000 de residuos industriales de caucho. Desde el miércoles, está prohibido verter neumáticos enteros fuera de uso.

Los colectivos han elaborado un manifiesto en favor del desarrollo sostenible que ha sido apoyado por los ayuntamientos de la comarca Andorra-Sierra de Arcos, grupos políticos y sociales y que apuesta por empresas que aprovechen los recursos endógenos y que no tengan impactos medioambientales.

En él se aclara que las cuencas mineras no están en crisis, "algo que no han entendido algunos empresarios y que, buscando el dinero del plan de la minería, pretenden instalar incineradoras". En opinión de las organizaciones, Prenasa "está presionando a la DGA para implantar sus soluciones al problema de los residuos". Manuel Minguillón, de UGT, dejó claro que la comarca "no quiere empleo a cualquier precio". Los responsables sindicales --que no descartan tomar medidas de presión-- recordaron que una normativa del Departamento de Medio Ambiente, en proceso de aprobación, rechaza cualquier procedimiento térmico para la eliminación de neumáticos.

La empresa declinó ayer hacer declaraciones a este diario.