Más gente y más coches que nunca. Zaragoza ha batido su récord histórico en afluencia de visitantes durante el puente del Pilar, cuatro días que han servido de ensayo para la Expo 2008 y que han revelado puntos débiles en tráfico y en coordinación institucional en materia de orden público en eventos multitudinarios.

Hoteles, aparcamientos y escenarios colgaron el cartel de completo desde el jueves hasta el domingo. Y también las calles se llenaron de público y de coches. Un dato facilitado por Carmen Dueso, teniente de alcalde de Servicios Públicos del ayuntamiento, resume de manera significativa lo que sucedió en Zaragoza a partir del día 11: "En la ciudad había más de 550.000 coches, cuando lo habitual es que circulen por las calles 320.000. Y aún así hay que agradecer que apostasen por dejar los vehículos parados y desplazarse en transporte público, porque de lo contrario habría sido un caos".

Por este motivo no resulta extraño que se haya batido también el récord en el número de viajeros en autobús urbano. Según datos facilitados por TUZSA (la empresa adjudicataria del transporte), a falta de recopilar los datos de las líneas de los barrios rurales, la flota ha transportado a más de 4 millones de viajeros. Un 4,23% más que en el 2006. Las líneas más solicitadas han sido las tradicionales: la 33 (con 333.381 usuarios), la 23 (con 297.545) y la 30 (con 252.282). Le siguieron en el ránking las líneas especiales a Valdespartera (V1, V2 y C3), que trasladaron a 185.000 personas.

ALGUNAS SOMBRAS Pero no todo es positivo. Esta avalancha de gente se ha plasmado también en un récord en la cantidad de basura recogida durante la semana de fiestas, sobre todo, en el dispositivo del Pregón, en la Ofrenda de Flores y en las carpas de conciertos de Valdespartera e Interpeñas (donde los 183.000 y 250.000 asistentes generaron 42 y 62 toneladas, respectivamente).

Tampoco se ha podido evitar las denuncias por ruidos de los vecinos residentes junto a las dos carpas de conciertos, en Valdespartera, Montecanal y San José.

Asimismo, los Pilares de este año han servido para poner de manifiesto, al menos, dos puntos débiles de la ciudad que las administraciones públicas deben reforzar si quieren que Zaragoza dé la talla el próximo verano durante la Expo. Estos son la movilidad urbana y la falta de coordinación entre las instituciones en materia de orden público.

El primero quedó patente en el colapso que sufrieron el viernes y el domingo los accesos a la estación de Delicias (los taxis dejaban a los pasajeros en la avenida de Navarra), en las entradas y salidas al recinto ferial de Valdespartera y en las principales carreteras de enlace como la ronda Norte y la autovía de Madrid. Esto hizo que PP e IU, dos de los partidos de la oposición en el ayuntamiento, exigiesen ayer replantearse la movilidad para la Expo ante lo que consideraron "un fracaso del plan de transporte de las fiestas".

Los únicos que se muestran satisfechos son los taxistas, que aseguraron haber dado la talla cubriendo toda la demanda (salvo el domingo, por el atasco de la estación y a las cinco de la madrugada del día 12). En cuanto a la falta de coordinación institucional y la capacidad de reacción ante situaciones de emergencia, los ejemplos más claros de que hace falta prestar más atención a la seguridad fueron los incidentes vividos en la madrugada del viernes y del sábado en Interpeñas y Valdespartera, respectivamente, donde se produjeron cargas policiales contra centenares de personas que se lanzaron contra los autobuses urbanos y dañaron varios vehículos. Eso sí, al día siguiente hubo refuerzos policiales para evitar nuevos altercados.