La próxima apertura de la primera autopista aragonesa, entre el desvío de Belchite de la N-232 y la margen izquierda del Ebro, facilitará el tráfico en los accesos a Zaragoza por la carretera de Barcelona y, sobre todo, disminuirá el paso de vehículos pesados por la ronda norte (A-2) de Zaragoza.