El colectivo de los transportistas sufre las consecuencias de las obras del centro pero no tanto por la escasez de espacios para estacionar el camión y hacer el reparto como de dar la cobertura a las zonas que les corresponden atravesando las zanjas abiertas en Independencia, Coso y César Augusto, por los trabajos del tranvía, y en calles adyacentes como la de Canfranc, por otras actuaciones que se están ejecutando a la vez.

"El problema no es tanto dónde dejar el camión como atravesar la cicatriz que supone la zona de obras para pasar de un lado a otro. Cruzarla es imposible con el vehículo pero, en algunos puntos, también es difícil hacerlo a pie". Así lo explicó a este diario el portavoz de este colectivo de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Carlos García, quien opinó que "los puntos más complicados son el Coso y el inicio de César Augusto".

Para repartir en los negocios que se encuentran allí se recurre a la plaza Salamero, donde a pesar de que durante el verano la actividad disminuye y hay menos tráfico rodado "se satura fácilmente" si todos los transportistas recurren a este espacio. La consecuencia para su trabajo es evidente: más tiempo para hacer menos trabajo. Algo que no sucede, por ejemplo, en todos los tramos del Actur, donde admite que "no está habiendo ningún problema". En su opinión, se debe a que "se han establecido unas pautas similares a las de obras anteriores (como cuando se hizo el carril bus) y todos sabemos cómo tenemos que funcionar en esta situación".

Pero en el centro la realidad es distinta. Más aún cuando en zonas como Salamero se ha optado antes por habilitar estacionamientos para clientes de los hoteles que para dar solución a la problemática que las obras suscitan a los transportistas.