El fuerte calor que se registra por las noches altera por completo el descanso de las personas, hasta el punto de que no es raro, desde los 20° exteriores en adelante, como ocurre en Zaragoza últimamente, que a muchos no les resulte posible dormir.

"A partir de los 24 o los 25 grados concentrados en una habitación es muy difícil conciliar el sueño", afirma el doctor Miguel Rivas, jefe del Servicio de Urgencias del hospital Clínico de Zaragoza. "Y los que más sufren este problema son los varones, especialmente los de más edad, pues su termostato corporal es más elevado que el de las mujeres", añade.

Otros candidatos a pasar las noches en blanco son los ciudadanos con problemas cardiovasculares, como la cardiopatía isquémica, la hipertensión arterial y la insuficiencia cardiaca. En estos casos, los problemas ante el sueño y para resistir las altas temperaturas proceden a menudo del efecto de la propia medicación. "Estos pacientes toman diuréticos y se deshidratan", apunta Rivas.

En el caso de las personas de más edad, el problema se ve agravado porque, con los años, tiende a perder agudeza el complejo mecanismo fisiológico que despierta la sed.

BEBER AGUA Mantenerse hidratado es fundamental y, de hecho, es preciso beber de dos a tres litros de agua al día para que el organismo reciba el acopio de agua necesario. Sin embargo, según el facultativo, "muchas personas mayores se pasan años de su vida sin beber lo suficiente".

Por otro lado, Leandro Catalán, presidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina General (SAMG), hace hincapié en diferentes medidas para evitar el insomnio veraniego. "Una buen ventilación es muy importante para hacer bajar la temperatura entre dos y tres grados, que a veces son suficientes para que poder conciliar el sueño", afirma.

Con todo, las sucesivas olas de calor registradas en Zaragoza no han llevado a las urgencias de los hospitales a ninguna persona víctima de un golpe de calor, según datos del Gobierno de Aragón.

CONCIENCIACIÓN "La gente está muy concienciada, gracias a las campañas de información, y la mayoría de los zaragozanos siguen a rajatabla los consejos para no sufrir los efectos de la canícula, desde no salir a la calle a las horas de más calor hasta la necesidad de beber agua cada cierto tiempo", observa un portavoz del Servicio aragonés de Salud.

"Sí se ha notado un incremento del número de personas, sobre todo ancianas, a las que se les han agravado los síntomas de sus enfermedades como consecuencia del calor, pero sin que el repunte sea importante", señala la misma fuente.