Con aproximadamente 30 años, entre 1775 y 1780, Francisco de Goya pintó uno de sus autorretratos en el que ya se apreciaba su pincelada suelta y su realismo. Más de dos siglos después, los Reyes se detuvieron delante de ese óleo (de medio metro de alto por algo menos de ancho) junto al que, además, posaron, durante su visita al Museo Goya, que se abrió el mes pasado con la exposición temporal Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas, ubicada en la sala bautizada como Camón Aznar. Junto a este autorretrato, los Reyes también se mostraron especialmente interesados en el boceto de La Gloria o Adoración del Nombre de Dios, que decora la bóveda del coreto del Pilar, y en el cuadro Huida a Egipto, recientemente catalogado como obra del aragonés. Durante más de una hora, Felipe y Letizia admiraron las obras del pintor aragonés más universal dentro de su visita a la capital aragonesa que abrieron con la inauguración de la muestra Fernando II, el rey que imaginó España y se abrió a Europa en la Aljafería.

Los Reyes llegaron al museo pocos minutos antes de las 13 horas y lo hicieron recorriendo a pie cien metros (donde les dejó el coche que les traía desde la Aljafería) para saludar a las decenas de curiosos que se apostaban detrás de las vallas. En la puerta del centro les recibieron la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi; el presidente de Ibercaja, Amado Franco; y el director de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, Honorio Romero.

Ya en el interior del centro, recorrieron las dos salas de la exposición Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas, una muestra que incluye 19 óleos, todos de temática religiosa, dos dibujos y tres grabados, un facsímil del cuaderno que escribió en su viaje de formación a Italia y una carta del pintor Manuel Bayeu, cuñado del artista. Manuela Mena, comisaria de la exposición y jefa de Conservación de pintura del siglo XVIII y Goya del Museo del Prado, fue la encargada de guiar Felipe y Letizia por el interior del museo y de explicarles las principales líneas de la muestra dedicada a la primera etapa del genio de la pintura aragonés.

FIRMAS EN EL LIBRO DE HONOR

Una vez realizada la visita a la exposición temporal, los monarcas departieron durante algunos minutos en el vestíbulo del Museo Goya con los invitados al acto, representantes del mundo cultural, político y económico de la comunidad aragonesa. Posteriormente, los Reyes también visitaron la llamada sala Goya, en la segunda planta del recientemente remodelado museo, que contiene 38 obras, 14 de ellas con el sello del artista de Fuendetodos, que permiten comprobar su evolución a través de cuadros religiosos y retratos, como los de Félix de Azara y María Luisa de Parma o el primer boceto para su obra El dos de mayo de 1808.

Los Reyes, además, firmaron en el libro de honor del Museo Goya, momento en el que recibieron diferentes obsequios de la dirección de la entidad bancaria para ellos y sus dos hijas.

Poco antes de las 14 horas, Felipe y Letizia salieron del museo para volver a hacer un breve recorrido a pie por la calle Espoz y Mina donde aún les esperaba gente para saludarles efusivamente hasta llegar de nuevo al coche. Fue el colofón a la primera visita de los monarcas como tal a la capital aragonesa, que comenzó poco antes de las 11 de la mañana y que concluyó algo más de tres horas y media después.