Motor, velocidad, Alcañiz, están tan inevitablemente unidos que ya no pueden separarse. Nacer en la capital del Bajo Aragón te empuja a pilotar. Mucho más si tu abuelo Ángel formaba parte del equipo directivo que se inventó las carreras por la ciudad. Si tu abuelo materno compró un kart de tierra y, desde los seis años, preguntas, te interesas, te imaginas trazando curvas, derrapando. Aún más si te has guardado un saquito con tierra donde iban a construir Motorland y has visto nacer y crecer todos los circuitos. Todavía más si con once años Pedro Martínez De la Rosa te elige junto con otros 14 niños, de un total de 100, para un programa de karting. Así que Laura Aparicio lleva desde siempre, desde la cuna, ligada de una forma u otra al mundo del motor, desde el karting, pasando por las Series Rotax, el slalom y, este año, por fin, la velocidad.

«Siempre íbamos a ver las carreras, me asomaba al balcón y veía a los coches correr por la Avenida Aragón. Cuando nos enteramos de que iban a hacer una selección de pilotos me presenté y fue mi inicio en este mundo. Fue un año muy bonito, imagínate 15 niños participando en el deporte que les apasiona, era maravilloso», recuerda la piloto del Escolano Racing. Aquello duró un año porque la financiación era complicada. Pero Laura y su familia llamaron a todas las puertas posibles, lograron patrocinadores y pudo seguir en el mundo del kart hasta el 2011.

«Logré ser campeona de España de las Series Rotax y mejor promesa femenina del deporte turolense. Pero ese año llegó la crisis económica y las empresas que me estaban apoyando tenían que afrontar sus gastos y tuve que dejar la competición», recuerda Aparicio. Dejó la competición pero no las carreras. «Me saqué la licencia de comisaria de ruta, que son las personas que hacen posibles las carreras, los que están con las banderas en la pista, verifican los coches para que sigan todos la normativa vigente. He sido parte integrante de este grupo gracias al cual se pueden hacer las carreras», explica.

Hasta que en 2016 la federación aragonesa promovió otra selección de pilotos, esta vez de Slalom, modalidad en la que compitió hasta el año pasado. «En 2019 conseguí ser campeona de Aragón de Slalom y muy contenta por poder seguir en la competición. Viendo todo el recorrido y todo el esfuerzo, llegan este tipo de recompensas que te hacen sentir que lo estás haciendo bien y que merece la pena, que tienes tu recompensa», analiza.

El año pasado le llegó el gran salto a Motorland. «Me presenté con un Seat Ibiza GTI y gané la categoría de clásicos. Fue increíble porque nunca había rodado en el circuito y en el coche había montado un par de veces», recuerda. Así que este año va a disputar el Campeonato de Velocidad completo, las cinco carreras. «Voy a competir con un BMW 318 IS que me ha preparado mi equipo y va a ser un año de aprendizaje y, si es posible tener buenos resultados con el nombre de Alcañiz, pues mejor», indica. Laura no se olvida de todo el equipo que tiene detrás, de los patrocinadores, de los mecánicos, de Cristian, el dueño de CQBOX que la prepara físicamente, y, por supuesto, de su familia. «Ese abrazo que me dan cuando acaba la carrera, me haya ido bien o mal, es el que me ayuda a seguir y afrontar los obstáculos que me encuentre».