La de Patricia Heredia es una historia en la que más que la atleta aragonesa eligió el deporte, fue el deporte quien la eligió a ella. «Yo de pequeña me crie en la calle, jugaba a cualquier cosa con mis primos y mis amigos y me lo pasaba en grande», recuerda Patricia. El primer deporte en el que competió fue fútbol sala. En Tauste, su pueblo natal, en esa época era impensable formar un equipo de chicas, así que comenzó a jugar con el masculino. A pesar de que le encantaba, un día tuvo que dejar de competir. «Me comentaron un año que ya no se permitía un equipo mixto para federarse», rememora. 

Pero eso no frenó a Patricia, que quería seguir enfrentándose a nuevos retos. «He mamado el deporte desde muy niña en casa. Mi padre hacía fútbol y mi madre fue una de las pioneras jugando a baloncesto. Los dos me han inculcado su importancia desde muy pequeña», asegura una Patricia orgullosa.

Así que a la joven deportista no le quedó más remedio que buscar otras alternativas al fútbol. Probó el baloncesto, el tenis y el atletismo. En esta última disciplina comenzó corriendo hasta que un buen día, ya con 15 años, probó el lanzamiento de peso. A los pocos meses, y en su primera competición, Patricia se proclamó campeona de Aragón (2005). A raíz de ese evento el Scorpio y la selección aragonesa llamaron a sus puertas. 

«Fueron unos años muy bonitos en los que disfruté mucho y conocí a mucha gente», asegura la deportista. Entrenamientos, viajes, competiciones nacionales, Patricia se fue haciendo un nombre en el mundo del atletismo hasta que en 2008 logró su título más importante: campeona de España sub-23 de lanzamiento de peso. Con el tiempo, la taustana llegó a ser varias veces cuarta en categoría absoluta.

A pesar de no abandonar nunca el atletismo, cuando terminó la carrera de magisterio de educación física (cómo no), Patricia decidió dar un giro en su vida y se lanzó a vivir el sueño americano. Y ni durante su estancia en Estados Unidos se olvidó de practicar deporte. «Salía a correr siempre que podía y probé el crossfit cuando en España aún no estaba de moda», señala la taustana.

Cuando volvió, y hasta ahora, Patricia continúa compitiendo en peso aunque reconoce que no entrena tanto como antes ni específicamente para ello, pero lo hace porque sigue disfrutando de la disciplina. Además, también retomó su primera pasión, el fútbol sala. «Me enteré de que en Gallur había un equipo femenino y allá que me fui. Después de muchos años compitiendo de manera individual y haciendo la guerra por mi cuenta, he descubierto el deporte en equipo y estoy enganchada», confiesa. Y ahí sigue, entrenando y jugando todas las semanas a la vez que lo compagina con el atletismo y por supuesto con su profesión de maestra.

"Lo que más valoro del deporte es la necesidad que me crea de mejora y superación diaria»

Pero Patricia no solo disfruta del deporte de competición. Su personalidad le ha llevado también a completar el Camino de Santiago y el Camino Aragonés. «Me escapo a la montaña también siempre que puedo», asegura la aragonesa, que incluso no renuncia a planes más atrevidos, ya que le encantan actividades como el rafting o el kayak. «También me he tirado en paracaídas con mi madre», apunta.

«El deporte ha vertebrado mi vida. Me ha permitido conocer otros mundos y sin él no hubiera llegado a ser la persona que soy», reconoce Patricia. Dada la importancia que ha tenido hasta ahora para ella, la taustana no tiene dudas de que la práctica deportiva, mientras le respete el cuerpo, le va a acompañar durante el resto de sus días. «Hasta ahora he tenido suerte con las lesiones pero, pase lo que pase, de una forma u otra voy a estar vinculada siempre al deporte. En un futuro no me importaría ser entrenadora», confiesa Patricia. De hecho, durante muchos veranos, ha sido monitora de campus deportivos en los que podía aunar su pasión por el deporte con la pasión por enseñar.

«Lo que más valoro del mundo del deporte es la necesidad que me crea de querer mejorar todos los días y superarme», afirma la atleta aragonesa. Haciendo un repaso a su trayectoria, desde la joven que comenzó jugando al fútbol con chicos hasta la mujer en la que se ha convertido, no cabe duda de que Patricia lo ha conseguido.