Mujer y deporte

Bea González: la ‘conseguidora’ tras los focos

El trabajo en la sombra de la delegada del Casademont femenino le llevó a asumir su puesto en 2021 tras una vida ligada al baloncesto. Compagina este con otro empleo y afirma que no imaginaba vivir todo lo que le ha sucedido en dos años al conjunto aragonés

Bea González posa a la entrada del pabellón Príncipe Felipe.

Bea González posa a la entrada del pabellón Príncipe Felipe. / ANDREEA VORNICU

David García Arlegui

David García Arlegui

La de Bea González es una de esas historias que se esconde entre bastidores, de puertas para adentro. Una vida ligada al baloncesto, deporte que empezó a practicar con 10 años y que le ha acompañado siempre, le llevó a pasar por diferentes clubs hasta llegar al Anagan Casablanca, donde ejercía como delegada cuando nació la sección femenina del Casademont Zaragoza.

José Descartín conocía su trabajo y contó con ella para el puesto de delegada de equipo, donde sigue desempeñándose actualmente y que compagina con su otro empleo, «el que me da de comer», como reconoce entre risas, confesando ser incapaz de imaginar todo lo que ha podido vivir estos últimos años dentro del conjunto aragonés.

«He jugado en Stadium Casablanca, Compañía de María y en El Olivar un año en Primera Nacional, cuando era una especie de Segunda División. Empecé a entrenar a los 18 en Compañía y Stadium, sobre todo en categorías inferiores y en júnior. Siempre he estado en el mundo del baloncesto desde que tengo 10 años», relata.

En el filial del Casademont Zaragoza, a Bea le llegó la oportunidad de subirse al barco de un equipo que ahora es campeón de la Copa de la Reina y está estrenándose con buen tino en la Euroliga. «Todo empieza porque estuve con Descartín un año antes como delegada en el Anagan Casablanca de Liga 2. Cuando él pasa a ser el director deportivo y secretario técnico del Casademont, me pide que me una a este proyecto», cuenta.

En su actividad diaria como delegada, Bea González realiza un amplio abanico de actividades diferentes alejadas de los focos que permiten que todo esté en su sitio para que las protagonistas piensen simple y llanamente en el baloncesto. «Los delegados somos el nexo de unión entre jugadores, staff y club. Nos encargamos de todas las necesidades que puedan tener y estamos para solucionar todas sus dificultades», explica. «Organizamos los viajes, partidos, ropa, fichas... Es una especie de saco en el que se echan muchísimas cosas», afirma. «Es un puesto en el que se trabaja bastante, muy en la sombra y con todo el mundo que forma parte del club», argumenta la zaragozana, a quien le encanta su trabajo y que no ve dificultades en cubrir tal cantidad de áreas dentro del Casademont. «Son muchas cositas que hay que ir haciendo. La única dificultad es coordinarse para que todo salga», admite.

Entre los beneficios de ser lo que denomina «conseguidora», la delegada destaca el hecho de «tener mucha relación con el staff y las jugadoras» y define el carácter de estas como «gente que agradece mucho tus detalles o las cosas que puedas conseguirles, ya que es difícil para ellas por idioma o por estar fuera de su ciudad».

Como zaragozana, la consecución del título de Copa de la Reina fue muy especial para Bea. «Me quedo con ganar la Copa y ser pregoneras de las Fiestas del Pilar. Para los que somos de Zaragoza y representamos a un club de aquí, es un momento que nunca olvidaremos», asegura. «La imagen al llegar a Plaza España en autobús al ganar la Copa, cuando lo has vivido desde abajo como aficionada al baloncesto y el fútbol, se te queda grabada», cuenta. «No somos conscientes de lo que estamos viviendo. Para la gente de baloncesto que llevamos toda la vida, ganar una Copa de la Reina o jugar en la Euroliga con 4.500 personas en el pabellón es un regalo», expresa Bea González, la conseguidora del Casademont Zaragoza.