Mujer y deporte

La pasión de toda una vida

Desde siempre, Andrea Calvo, entrenadora ayudante del Zaragoza CFF, ha vivido por y para el deporte que ama, una pasión que le vino desde muy pequeñita cuando ya jugaba al fútbol con sus amigos

Andrea Calvo, segunda entrenadora del Zaragoza CFF, posa en el campo de Mudéjar.

Andrea Calvo, segunda entrenadora del Zaragoza CFF, posa en el campo de Mudéjar. / LAURA TRIVES

Hay veces en la vida en las que toca hacer una serie de sacrificios para conseguir aquello que nos apasiona y en este caso la protagonista de esta historia es Andrea Calvo, entrenadora ayudante del Zaragoza CFF, una mujer que ama lo que hace. Como todo apasionado del fútbol, su amor por este deporte se remonta hasta su más tierna infancia, cuando lo practicaba junto a su grupo de amigos: «Ya desde pequeña. Vivía en un pueblo y la cuadrilla eran todo chicos menos otra chica y yo. Nuestra vida era el fútbol, bajaba a la puerta de casa y podía estar toda la tarde con un balón y una pared y yo ya era feliz", recuerda ahora la entrenadora del Zaragoza CFF.

Vocación de fútbol

Andrea relata cómo empezó a jugar al fútbol en su primer equipo cuando entró al instituto: "Me fui a Huesca a estudiar los 4 años de la ESO. Allí mis padres me apuntaron a un equipo de fútbol de chicas, porque en el pueblo ya no había y eran todos chicos. Entonces empecé a jugar, hasta que nos vinimos a Zaragoza y ya como estudiaba y trabajaba no pude compaginarlo y lo tuve que dejar". Además, una lesión le privó de poder disfrutar del fútbol en primera persona, aunque ahora, con 23 años, está dispuesta a regresar al verde: "Me hice una serie de esguinces en uno de mis tobillos y tuve que dejar el fútbol. A veces es verdad que lo echo de menos, que me dan ganas de saltar al campo y puede que pronto pruebe".

Pero a pesar de este contratiempo, su amor por este deporte no le ha permitido alejarse de los terrenos de juego. Su historia en el Zaragoza CFF comenzó hace dos años, y es la primera y única experiencia que ha tenido como entrenadora, nada más pudo comenzar a entrenar: «Acabé las prácticas de entrenadora, me comentaron que necesitaban gente y dije, ¿por qué no? Me acabaron llamando y les di el sí y ya llevo dos años en el club»

Un día a día complicado

Compaginar este puesto con un trabajo y unos estudios no es tarea fácil para Andrea, que se organiza todos los días para poder cumplir con ello: «Ahora que estudio y trabajo empiezo mis días a las ocho de la mañana. Entro a trabajar a las nueve y salgo a la una y media, cuando aprovecho para ir a casa a comer. Luego voy al campo a entrenar hasta las cuatro y media y vuelvo a la oficina hasta las ocho. Cuando termino pues, o tengo vida, porque tengo 23 años y quiero disfrutar de mis veinte, o me voy a estudiar cuando tengo algún examen cerca», afirma. Además, confiesa que le ha tocado dedicar tiempo al estudio en alguno de los viajes con su equipo: "Si tenemos que salir todo el fin de semana acabo estudiando en el bus. Es un poco locura".

Actualmente, la entrenadora se centra en que su equipo disfrute de este deporte, sin meter presión: «Nuestro objetivo es disfrutar, aprender e ir partido a partido. Sabemos que en las segundas vueltas hay muchas sorpresas, así que queremos ganar todos los partidos». Andrea Calvo es el vivo ejemplo de alguien que da su vida por disfrutar día a día del deporte que ama, el fútbol.