MUJER Y DEPORTE

Sacrificio y pasión como forma de vida

Compaginar los estudios y practicar un deporte a nivel semiprofesional requiere un sacrificio al que muy pocas personas están dispuestas a realizar. Pero Marta es la pura imagen del esfuerzo infatigable por continuar practicando el deporte del que se enamoró cuando tan solo tenía 8 años. Desde entonces, juega en el Balonmano La Jota, capitana del club que milita en División de Honor Plata femenina

Marta Chacón posa con el balón en el Pabellón de la Jota.

Marta Chacón posa con el balón en el Pabellón de la Jota. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Lo que comenzó como un deporte al que jugar con su grupo de amigas se han convertido en 17 años de dedicación, tras los que ha conseguido llevar a su club de toda la vida, el Balonmano La Jota, a División de Honor Plata, la categoría de bronce del balonmano femenino nacional. Marta explica sus inicios en este deporte: "Lo descubrí cuando tenía 8 años, yo no iba al colegio de donde es este club, pero en el mío solían explicar que en septiembre hacen un campus de iniciación al balonmano. Me apunté con mi grupo de amigas, nos gustó el deporte y lo hicimos, aunque se han ido cayendo por el camino, he quedado solo yo de este grupo. Empezamos mixto en categorías más bajas, pero a partir de los 11 años ya era solo femenino".

Pero a pesar de que, poco a poco, las amigas con las que se apuntó en un primer momento fueron dejándolo, Marta se dio cuenta de que este deporte se le daba especialmente bien: "De pequeña me lo tomaba más como diversión, como un deporte de hobby. Conforme he ido avanzando me he ido dando más cuenta de que podía jugar a más nivel y le he cogido más gusto a la competición, más allá de pasármelo bien", explica la capitana del BM La Jota.

Como capitana, con 25 años es una de las jugadoras más veteranas del equipo, tras 17 años en él: "Estoy ahí ahí con otra compañera que tiene un año más que yo. La media del equipo es bastante joven, soy de las más mayores y luego hay muchas de 20, 21 años que han ido subiendo muchas de la cantera", afirma Marta.

Conforme han ido pasando los años, los estudios y más tarde el trabajo le han obligado a tener que compatibilizar esa faceta de su vida con los entrenamientos y los desplazamientos a los partidos: "Soy fisio y me reparto el trabajo como puedo. Entrenamos tres días a la semana, dos horas, y los miércoles tenemos sesión de vídeo. Los lunes llego un poco más tarde al entrenamiento y aprovecho para hacer fuerza las mañanas que tengo libres. El sábado si toca aquí genial y si no viajar. Ya me ha tocado estudiar en el bus, aunque lo tenemos ya interiorizado y vamos todas con ordenadores aprovechando los viajes", cuenta.

Esto ha llevado a Marta a tener que sacrificarse para seguir jugando a balonmano, anteponiendo el deporte, estudios y trabajo al tiempo libre y ocio. Incluso ha habido momentos en los que se ha replanteado si puede ser capaz de aguantar este ritmo: "Es un sacrificio, te tiene que gustar mucho. Tu círculo también a veces te dice que le dedicas mucho tiempo, pero si te gusta es lo que toca y tienes que dedicárselo. Hay algún punto a final de temporada que dices, no sé si puedo seguir compatibilizándolo todo, pero al final pesa más lo que te gusta el balonmano y continúas haciéndolo".

Su amor por este deporte y por el club de su vida es más fuerte que cualquier pensamiento de retirada o incluso de ofertas de clubes de hasta Liga Iberdrola, la primera división del balonmano femenino: "Estos dos últimos años he tenido ofertas de algún club de Oro y puntualmente de la Iberdrola, pero es muy complicado moverse. Si estás estudiando igual es un poco más fácil, pero ahora ya no. Lo tienen que complementar porque es imposible a este nivel vivir del balonmano. Si te vas fuera de tu ciudad te ponen algo, puedes vivir en un piso con otras compañeras, pero es difícil".

Es por ello que todas las experiencias que le quedan por vivir en el balonmano, las quiere disfrutar con el equipo de su barrio: "Aquí tengo la suerte que, al ser mi club de toda la vida, me ponen muchas facilidades. Ojalá dentro del club podamos tirar para arriba y conseguir jugar en una categoría superior", expresa la jugadora.