Cuatro goles en seis partidos no fueron suficientes para que el futbolista de moda esté en el Mundial de Qatar. Durante los próximos 40 días, Lionel Messi, Robert Lewandowski, Kylian Mbappé, Luka Modric, Vinicius, Karim Benzema o Neymar estarán en una cita que se celebrará por primera vez entre noviembre y diciembre.

Se partirán las ligas y se dejarán proyectos a medias para cumplir con el sueño húmedo de un país que trabajó durante años –en todos los ámbitos– para llevarse uno de los eventos más mediáticos del planeta y escalar posiciones en el ranking de la influencia geopolítica. Lo quisieron todo, pero no lo tendrán todo. En Qatar no estará Erling Haaland, el futbolista más impactante de la temporada y el jugador del que medio mundo habla. Una bestia del gol a la que todo aficionado querría ver en el certamen más importante del año, pero quien disfrutará del campeonato desde el sofá de su casa en el mejor momento de su carrera hasta hoy.

Haaland no formará parte del elenco de estrellas de la Copa del Mundo como tampoco estarán los franceses Paul Pogba o N’Golo Kanté, el inglés Reece James o el argentino Lo Celso. La diferencia entre el noruego y los otros cuatro cracks, sin embargo, se basa en el nivel de su selección. Noruega se quedó a un paso de la repesca, mejoró las actuaciones de los últimos años, pero seguirá sin pisar un Mundial al que no acude desde 1998, en el que participó con la mítica generación de los Erik Thorstvedt, Henning Berg, Tore André Flo o Ole Gunnar Solskjaer. Esa Noruega también estuvo en 1994. Las esperanzas y la confianza en alcanzar la cita de 2026 son altas, con Haaland en sus filas, pero el delantero del Manchester City será una de las bajas sensibles no causadas por una lesión.

Aunque no la única. Tampoco estarán la Italia de los Donnarumma, Bonucci e Immobile, la Egipto de Mohamed Salah, la Austria de David Alaba y Sabitzer, la Eslovenia de Jan Oblak, la Gabón de Aubameyang, la Nigeria de Victor Osimhen o la Costa de Marfil de Franck Kessié y Sébastien Haller.

Ni Best ni Giggs ni Cantona

Tres leyendas del Manchester United, tres de los mejores jugadores de la historia del club inglés y del fútbol internacional, George Best, Éric Cantona y Ryan Giggs, nunca estuvieron en un Mundial. Con Gareth Bale como punta de lanza, Gales regresará a este torneo tras su única participación, en Suecia’58. Ni siquiera en la época del rápido y potente extremo zurdo de la gran generación de 1992 la selección británica pudo clasificarse para una Copa del Mundo, con lo que Giggs se retiró siendo uno de los grandes del fútbol pero sin haber podido gozar de un evento único. De hecho, tampoco lo hará como seleccionador, tras haber dimitido este pasado verano de su cargo en la absoluta de Gales. A John Benjamin Toshack e Ian Rush les sucedió básicamente lo mismo.

Otro de los futbolistas más reconocidos en la historia de este deporte, George Best, nunca pisó el césped en una Copa del Mundo. Pasó once años en el Manchester United y 13 siendo el líder de la selección de Irlanda del Norte, entre 1964 y 1977, precisamente una etapa sin ninguna participación de la Green and White Army' en los campeonatos del Mundo. Llegó a cuartos en Suecia'58, años antes de la llegada de Best, y se clasificó para la fase de grupos en las ediciones consecutivas de España’82 y México’86, tras la retirada como internacional del mítico 'Quinto Beatle'.

El legendario Éric Cantona, para muchos icono de rebeldía izquierdista, nunca se ha enfundado la camiseta de Francia en un Mundial. En 1990, los 'Bleus' no le convocaron por ser un futbolista todavía incipiente, mientras que en 1994 la selección del gallo no se clasificó. En 1997, 'The King' colgó las botas. Esta edición de Catar, por cierto, Cantona no la verá: “No veré esta edición, ha muerto gente construyendo los estadios”.

Otras ausencias destacadas

Lazslo Kubala y Alfredo Di Stéfano marcaron el fútbol español en la década de los 50. Uno en el Barça y otro en el Real Madrid, se convirtieron en los mejores jugadores de la Liga y la referencia de sus clubes para acabar levantando un gran número de títulos. Kubala hizo mucho más grande al Barça y confirmó la necesidad de construir un nuevo estadio de fútbol para el conjunto culé, mientras que la 'Saeta Rubia' elevó al Madrid a los cielos conquistando de forma consecutiva las primeras cinco Copas de Europa del conjunto blanco.

Pero pese a ser considerados los mejores futbolistas de su época junto a Ferenc Puskas, Sandor Kocsis, Luis Suárez Miramontes o Paco Gento, nunca disputaron un Mundial. Ninguno de los dos lo hizo. Ni con sus países de origen, ni con la selección española, con la que disputaron decenas de partidos oficiales. “En esa época daban la nacionalización exprés a los jugadores extranjeros que venían a la Liga”, comenta a 'Sport Dossier' el periodista Frederic Porta, autor del libro 'Kubala!' (Ediciones Saldonar).

Pero en los mejores años, en el período de esplendor de Kubala y Di Stéfano, España no participó en el Mundial. En 1950 y en 1962 sí estuvo, pero en los campeonatos de 1954 y 1958, con ambos en su momento álgido, la ‘Roja’ no compareció. “En 1954 había grandes expectativas, con ambos nacionalizados, pero España quedó fuera en un desempate históricamente recordado con Turquía”, recuerda el periodista. Los turcos no eran ninguna potencia futbolística, pero empatados a puntos en la fase de clasificación tuvieron que disputar un partido de desempate que terminó, precisamente, en empate a dos. En ese encuentro no estuvo Kubala por circunstancias un tanto extrañas, recuerda Porta: “Se recibió un telegrama supuestamente de la FIFA vetando la participación de Kubala. Con el paso del tiempo se ha demostrado que fue una maniobra para intimidar a España y evitar que hiciera jugar a su mejor jugador”. De hecho, el desempate se acabó decidiendo por azar. Y el azar, en forma de papelito, clasificó a Turquía. “El célebre ‘bambino’, un niño llamado Franco, se tapó la cara con un pañuelo y sacó, de una bolsa, el papel de los turcos. Fue una bofetada considerable para los españoles, que tenían altas esperanzas en ese torneo”, explica Frederic Porta.

En 1958, España cayó inexplicablemente con todos los nacionalizados en el equipo: Kubala, Di Stéfano, pero también el paraguayo del Barça Eulogio Martínez y el uruguayo del Madrid José Emilio Santamaría. Ese equipo no consiguió superar la fase de clasificación para Suecia, en otro golpe durísimo para el país. Al Mundial 62, Alfredo Di Stéfano sí fue. Pero no jugó ni un solo minuto. En España había una doble figura, la del seleccionador Hernández Coronado y la del técnico Helenio Herrera, que ya había entrenado a Kubala en el Barça entre 1958 y 1960. “Como Di Stéfano era íntimo amigo de Kubala y Kubala había tenido muchos problemas con Herrera, nunca se supo con certeza, pero sí apareció una misteriosa lesión que lo mantuvo sin poder jugar”, explica el periodista tarraconense. Di Stéfano ya tenía, por aquel entonces, 36 años. Y esa fue su última oportunidad. Ninguno de los dos había participado con otras selecciones, antes de la nacionalización española. Kubala fue internacional con Checoslovaquia y Hungría, y Di Stéfano con Argentina y Colombia tras su fuga a Millonarios, pero tampoco tuvieron la opción de jugar el torneo más deseado.