Las instalaciones de la Universidad de Qatar, en el norte de Doha, ocupan 25.000 metros cuadrados de extensión y parecen no acabar nunca. Convertidas en un búnker durante el Mundial, con todas sus entradas protegidas por miembros de seguridad y policía, son las instalaciones en las que la selección española trabajará y descansará durante su estancia en el torneo. 

Franquear la primera barrera de seguridad resulta fácil con la acreditación de FIFA (aunque el conductor de Uber que lleva a los periodistas está obligado a dejar un documento identificativo en la garita de entrada, para recogerlo más tarde).

España ocupa el ala femenina de la universidad, que cuenta con accesos separados, para hombres y mujeres. Una vez dentro del recinto, y después de atravesar varias rotondas, un sencillo cartel indica que aquí se entrenará España. ‘Bienvenida, selección’.

Ya dentro del edificio que acoge las habitaciones, un lema preside la concentración de España. 'La presión es un privilegio', buena muestra de la capacidad de Luis Enrique para transformar la exigencia en motivación.

Los campos de entrenamiento de la Universidad de Qatar FIFA

Otro control de seguridad, el típico de los aeropuertos, franquea el paso al campo de entrenamiento y a la sala de prensa. Los operarios revisan incluso las botellas de agua –extraen la etiqueta de la botella con mucho celo- y obligan a abrir y encender los ordenadores portátiles.

Más allá del campo de entrenamiento se extiende un enorme edificio, la casa de España durante el Mundial. Sin grandes lujos, pero con todo lo necesario, como apuntan desde la RFEF, la selección duerme en habitaciones sobrias, pero bien equipadas.

Y Luis Enrique y su equipo cuentan con una sala con varios ordenadores y pantallas para trabajar. También hay salas de billar, ping pong y una especie de sala de cine donde ver los partidos del torneo. 

Moverse por las enormes distancias de Doha no resulta fácil: el recinto universitario es un micromundo alejado del bullicio de la Corniche –el paseo marítimo- y del Souq Waqif, el zoco tradicional de la ciudad, pero el calor y la sensación de estar en medio de un páramo aconsejan moverse sobre ruedas.

El patinete, transporte oficial

La universidad cuenta con varios ‘buggies’ (carritos de golf) para desplazarse, pero los jugadores y empleados de la RFEF prefieren algo más práctico y sencillo, los patinetes eléctricos, tan frecuentes ya en las calles españolas. En Doha apenas se ven, pero en la sede de la selección son el medio de transporte habitual. 

Argentina y España son las únicas selecciones del Mundial que han decidido alojarse en una residencia universitaria durante el torneo. Su campo de entrenamiento está a tiro de piedra, pero las delegaciones de ambas selecciones viven en edificios diferentes y no se cruzarán por los pasillos. 

La selección neerlandesa también se entrena en las instalaciones universitarias, pero duerme y hace vida en el hotel Sant Regis.

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Australia, por su parte, eligió la academia Aspire, especializada en la formación de jugadores, tanto para trabajar como para descansar. 

Fundada en 1973, la Universidad de Qatar cuenta con diez facultades, entre ellas una de estudios islámicos y de la ‘sharía’.