La Audiencia Provincial de Zaragoza ha absuelto a un hombre de 37 años, R. R. A., de la violación de la que le acusaba una vecina de Zaragoza, que le pedía por ello diez años de cárcel. Los magistrados de la Sección Sexta consideran, como el abogado de la defensa, Juan José Roa, que el testimonio de la mujer ofrece muchas dudas, y sobre todo que no hay ninguna prueba que lo corrobore.

Lo que los jueces han dado por probado es que la denunciante, A., caminaba la madrugada del 23 de marzo del 2016 por la calle Zumalacárregui cuando se cruzó con el acusado, que hablaba en la puerta de un local con la dueña de este y otro amigo suyo. Trabaron conversación tras pedirles un cigarro y estuvieron en el bar juntos hasta que, a las 4.00 horas, se marcharon juntos la denunciante y el ahora absuelto.

Así llegaron hasta el domicilio de la víctima, entraron en el rellano y mantuvieron relaciones sexuales. El hombre eyaculó fuera y «por motivos no concretados», ella comenzó a insultarle, y él se marchó. La mujer subió a su casa, se duchó, habló con un novio por internet que tenía y se fue a dormir. Al día siguiente, tras dormir y hablar con su madre fue a denunciar una agresión sexual a comisaría, en la que dijo que temía haberse quedado embarazada.

Este es uno de los aspectos que despiertan suspicacias en los jueces sobre el relato de la joven. También que dijera que no se fijó en el que el acusado entró con ella en el portal, que se quedase callada cuando entró algún vecino y encendió la luz, mientras la estaban agrediendo sexualmente, y algunas contradicciones como que dijese que el acusado le ofreciese llevarla en coche a casa cuando él mismo había ido andando al bar.

La condena en este tipo de delitos cometidos en la intimidad requiere un testimonio claro y sostenido, que no se dio, entre otras cosas, porque la joven se negó a contar los hechos al forense y se remitió a la declaración policial, cosa bastante extraña en estos casos. Pero además, siendo explorada al día siguiente, no presentaba ni una lesión, genital y en el resto del cuerpo, compatible con la violenta agresión sexual que había descrito, con golpes, empujones y un collar arrancado en el relato.