Dos semanas después de que se derribara el paso elevado de la carretera A-221 que durante 17 años ha salvado la vía férrea entre Zaragoza, Caspe y Barcelona, en el tramo que une Quinto con Gelsa, Gonzalo López Pardos, director de Carreteras de la DGA, tuvo una reunión en el municipio de Quinto, capital de la Ribera Baja del Ebro, con los dirigentes de la zona para "ofrecer a los más afectados un resumen de todo lo que ha ocurrido y las previsiones de actuación de su departamento".

Los alcaldes de la comarca expusieron sus preocupaciones. Así el primer edil de La Zaida expresó su inquietud por la dificultad de los accesos en caso de una emergencia en alguna industria. Por su parte, los representantes de Gelsa hablaron del peligro que conlleva el continuo tránsito de camiones, en muchas ocasiones cargados de materiales peligrosos, por su casco urbano.

Asimismo, el director del Instituto de Fuentes, planteó la posibilidad de que los autobuses escolares circulen por el camino alternativo que discurre entre Gelsa y Pina, algo que el director de carreteras vio viable.