La producción de juveniles de la almeja de río Margaritífera Auricularia en el Centro de Recuperación de Cría en Cautividad de La Alfranca situado en Zaragoza, ha alcanzado en lo que va de año una cifra récord, llegando por primera vez a 1,3 millones de ejemplares.

Según informó el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, la mayoría de estos ejemplares, como es habitual, han sido «sembrados» en varias localidades del río Ebro donde todavía vive esta especie, declarada en situación crítica debido a su elevado riesgo de extinción.

Desde el 2007, el Gobierno de Aragón intenta recuperar esta especie liberando masivamente juveniles criados en cautividad en diferentes localidades del río Ebro seleccionadas por su calidad como hábitat potencial para la especie. Sin embargo, una pequeña cantidad continúa creciendo en el laboratorio, perfeccionando el proceso de la cría en cautividad, que debería permitir en un futuro próximo reintroducir ejemplares ya juveniles de entre 4- o 5 centímetros y, por tanto, con mayores posibilidades de sobrevivir en el medio natural.

Otro grupo de ejemplares de los conseguidos mediante las técnicas de cría en cautividad se destinan a tratar de conocer la sensibilidad de la margaritifera frente a contaminantes presentes en su hábitat, como metales pesados y pesticidas o herbicidas de uso común, lo que permitirá proponer estándares de calidad del agua que permitan la vida de esta especie.

ACCIÓN DE RECUPERACIÓN

Un año más, el Gobierno de Aragón ha colaborado con la Diputación Foral de Álava y la Generalitat de Cataluña para la conservación de esta especie, mediante la cesión de juveniles obtenidos en cautividad.

Este año, se ha repoblado un pequeño tramo en Álava con alrededor de 30.000 ejemplares, y por segundo año consecutivo, se cedió otro grupo para acometer diferentes metodologías de engorde y mantenimiento en cautividad en las instalaciones de cría en cautividad de náyades en Girona, dependiente del Consorcio de l’Estany.

Según indicó el Gobierno de Aragón, durante los últimos años se ha constatado una elevadísima y continuada mortalidad de ejemplares adultos en los canales de riego del río Ebro donde la especie se encuentra presente, especialmente en el Canal Imperial.

Además, en los últimos meses, la preocupación ha aumentado al constatar también una fuerte mortalidad por primera vez en la mayor colonia natural localizada en el río Ebro.

Fue durante el pasado mes de mayo cuando se localizaron 16 ejemplares muertos durante el desarrollo de unos trabajos realizados por la Sociedad Española de Malacología (SEM) para el estudio de las posibles causas de mortalidad de la especie, financiado por la Fundación Biodiversidad y en colaboración con el Gobierno de Aragón.

Esta colonia se revisó por última vez en el verano del 2017, cuando se localizaron 26 ejemplares vivos. Desde que el Gobierno aragonés comenzó a monitorizar la especie en el 2006, hasta la revisión, solo se registró un único ejemplar muerto.

La mortalidad registrada ese verano pudo deberse a la fortísima bajada de caudales en el Ebro que dejó aislado el lateral donde sobrevivía este núcleo poblacional y también a la elevada mortalidad de almeja asiática, y por tanto, a la posible falta de renovación de agua y oxígeno en el tramo que quedó aislado, que provocó un incremento de la concentración de tóxicos liberados por la muerte masiva de las almejas asiáticas.

No obstante, se verificó que esta inusual mortalidad no ha ocurrido en otros puntos del Ebro que también han sido evaluados.