Incredulidad es la palabra que mejor define los sentimientos de Raúl. Su padre, de 83 años, sufrió un ictus el 30 de noviembre y a finales del mes pasado tuvo que ir desde Ejea de los Caballeros, donde reside, hasta el hospital Clínico Lozano Blesa, en Zaragoza para una revisión. Para el traslado, le ofrecieron un ambulancia que aceptaron, pero el padre de Raúl no hizo el trayecto solo. De camino a la capital, el vehículo hizo dos paradas para recoger a más pacientes. Fue el 27 de enero.

«Ejea estaba confinada y nosotros -su hermana y él, cuenta Raúl- llevamos mucho tiempo sin verles. Cuando les ofrecieron la ambulancia dijimos que sí para evitar bajarles en coche», cuenta.

La ambulancia llegó a las 7.00 horas, media hora antes de lo previsto. «El día de antes ya nos habían adelantado la hora», dice este ciudadano. En la furgoneta viajaban el padre de Raúl y su madre, pero de camino el vehículo paró en Sancho Abarca (una localidad de las Cinco Villas que depende de Tauste) para recoger a otro paciente. «Al ver que había más gente el hombre no se quiso subir. Son gente mayor que viven aislados para no contagiarse y no querer compartir un viaje de más de una hora parece lógico para evitar riesgos», dice Raúl. Sus padres también se sorprendieron, pero lo hicieron más aún cuando el transporte volvió a parar en Novillas para que subiera otra persona, que sí que se subió.

«Resulta que la atención médica es por teléfono, que en el hospital mi madre no pudo entrar a la revisión con mi padre, pero en la ambulancia los meten con más gente. No lo entiendo. Y más cuando Ejea estaba confinada y había muchos casos», lamenta. Desde el Gobierno de Aragón explican que el protocolo para traslados no urgentes se cambió el 3 de diciembre cuando se limitó de tres a seis el número de pacientes que pueden compartir trayecto, aunque «en función de la gravedad de la situación, esta cifra podrá ser modificada desde la Dirección General de Asistencia Sanitaria», explican fuentes del departamento de Sanidad.

Sí que se contempla el transporte individual para ocasiones en las que se traslade a un paciente que requiera viajar en camilla, aislado, o por deficiencias intelectuales severas o razones clínicas que desaconsejen el viaje en vehículo colectivo, así como para personas con enfermedades contagiosas, situaciones de inmunosupresión o por razones higiénico sanitarias (vómitos, diarreas...). Ante esta situación, el padre de Raúl no volvió en ambulancia a su casa. Su hija rompió la burbuja y les llevó en su coche