Una densa nube de humo negro, visible desde varios puntos de la capital aragonesa, hizo que la sala del 080 de los Bomberos de Zaragoza recibiera una docena de llamadas que alertaban de la declaración de un complicado incendio en un almacén de reciclaje de papel en la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza). Las labores de extinción se alargaron varias horas debido al tipo de material que fue pasto de las llamas.

El inicio del mismo tuvo lugar en la zona de la campa que tiene esta empresa al aire libre por circunstancias que tendrá que investigar la Policía Científica. Allí había acumulados fajines de papel, cartón y plástico que ardieron a gran velocidad. El viento que sopló favoreció, según el sargento, las labores de extinción, permitiendo delimitar la zona que podía sacrificarse y así conseguir darlo por estabilizado. Los Bomberos de Zaragoza lo consiguieron en tan solo una hora y media.

El servicio antiincendios de la capital fue movilizados, sobre las 15.20 horas, por el 112 Emergencias Aragón. Rápidamente se trasladaron a las instalaciones que posee la empresa Servicios Urbanos de Limpieza y Acondicionamiento (Seula) en el número 2 de la calle Alguero, en dicho centro logístico.

Aunque Plaza cuenta una instalación de hidrantes a lo largo de todo su perímetro, los bomberos decidieron acudir al lugar varias bombas pesadas, teniendo en cuenta las características específicas de este tipo de incendios en los que se realiza un importante consumo de agua. Por ello, además de las unidades de mando, trabajaron en el lugar con cuatro bombas urbanas pesadas y una rural mixta, además de una ambulancia por si era necesario atender a algún bombero partícipe en estas labores, debido a que ninguna persona había resultado herida en el incendio.

El sargento de Bomberos de Zaragoza que estuvo al mando del operativo, Javier Pizarro, reconoció que era imposible determinar el material afectado por el fuego, si bien otras fuentes consultadas apuntaron que serían varias toneladas.

CELERIDAD

La celeridad con la que actuó el equipo antiincendios de la capital aragonesa permitió, según fuentes de los propios bomberos, evitar que las llamas afectaran también a una zona de plásticos de otra empresa. Un elemento que habría aumentado el combustible de las llamas y, por tanto, dificultado aún más estas labores.

El trabajo de los Bomberos de Zaragoza no finalizó cuando las llamas se apagaron, sino que, tras ello, y una vez que el sargento dio el visto bueno de que no había peligro, removieron todo el material para continuar remojando y evitar que un rescoldo reavivara el fuego.

Una actuación ardua y pesada, debido a que la mezcla de papel, cartón y plástico absorbió el agua empleada en las horas previas. «Hay que abrir las pilas una a una», señaló el sargento. No obstante, un retén decidió quedarse durante la noche para vigilar y refrescar la zona, si bien las bajas temperaturas, tal y como reconocieron fuentes de los bomberos, ayuda.

El último incendio que afectó a una nave de reciclaje tuvo lugar en la localidad zaragozana de Cadrete y, en aquella ocasión, los trabajos también fueron complicados puesto que se trataba de neumáticos. Ocurrió en septiembre del año pasado, mes en el que los bomberos también tuvieron que intervenir en la extinición de un importante fuego en una empresa de Calatayud (Zaragoza) dedicada a triturar automóviles y otros productos metálicos y a clasificar sus distintos componentes para luego reutilizarlos. Comenzó cuando un depósito que almacenaba plástico comenzó a arder.