El gerente y administrador de Autocity, Carlos Oehling, ha asegurado hoy que decidió resolver el contrato de compra con Plaza de la segunda fase de unas naves que ejecutó Codesport por desacuerdos en sobreprecios, por el mercado, que se estaba resintiendo, y porque la calidad en la primera fase "dejaba un poco que desear" y hacía más difícil la venta.

En su comparecencia ante la Comisión de Investigación de las Cortes de Aragón para dirimir si hay responsabilidades políticas en la gestión de Plaza, ha explicado que firmó con Plaza un contrato de arras para la adquisición de 119 naves prevista en dos fases, la primera por un importe de 21.477.218 euros y la segunda por 16.837.352, en total 38.314.570 euros.

Ha explicado que conoció a Agapito Iglesias como propietario de la empresa que construía las naves y que firmó un documento "cero" con Plaza y con Codesport que contemplaba un desarrollo más completo de la promoción y el procedimiento de las modificaciones.

Tras apuntar que se pidió que el contrato fuese ratificado por el consejo de administración de Plaza, ha explicado que Autocity aceptó los sobrecostes de la primera fase, que se pagaron, y que uno de los motivos para resolver el contrato en la segunda fueron desacuerdos con sobreprecios que no estaban dispuestos a asumir "porque no correspondían", y se ha referido a conceptos como movimientos de tierras o terraplenes cuando se trataba de naves "llave en mano".

Ha indicado además que Autocity contrató una auditoría externa para controlar las naves a la que no se le dejó entrar prácticamente en la obra, con lo que la relación "no era muy fluida" con Codesport.

Ha precisado que había una cláusula de resolución con una indemnización de 400.000 euros y que entendieron que era mejor en ese momento "resolver y dejar de discutir", y aunque Autocity no mantiene ningún litigio con Plaza, sí que ha trasladado reclamaciones por escrito sobre calidades y sobrecostes "que no tendrían que haber sido".

Previamente ha comparecido el que fuera jefe de obras de Codesport en la ejecución de las naves, Miguel Ángel Naya, quien ha asegurado que el coste de partida no era 14,5 millones, sino unos 22 millones, con lo que el sobrecoste hasta 33,6 no sería de 17,8 millones.