El decreto por el que se regula la alimentación de las aves rapaces necrófagas mediante la creación de una red de comederos en Aragón salió ayer a información pública. La aplicación de la normativa comunitaria tras la aparición de la enfermedad de las vacas locas exige la retirada de restos bovinos, ovinos y caprinos del medio natural, así como la destrucción de todos los cadáveres de animales que no se sacrifiquen para consumo humano. Una decisión que incide directamente en la alimentación de las aves carroñeras.

El Boletín Oficial de Aragón (BOA) publicó ayer este decreto, que tiene el plazo de un mes para presentar alegaciones.

Medio Ambiente considera "necesaria" la participación de las entidades locales, de los sectores y agentes sociales y, en general, de cuantos ciudadanos estén interesados en el proceso de elaboración y toma de decisiones públicas relativas a la conservación de la naturaleza y de sus especies.