El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, se comprometió ayer a apoyar a las entidades de víctimas del terrorismo «con memoria, dignidad y justicia», con motivo de la celebración del 32 aniversario del atentado de ETA contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, en el que murieron 11 personas, seis de ellas menores de edad.

«Yo no voy a prohibir nunca un acto en el que se exalta al terrorismo en un local privado, pero mientras sea alcalde de Zaragoza ninguno de estos actos se convocará en edificios municipales», subrayó el regidor, en referencia a que hace un año, cuando la ciudad era gobernada por Zaragoza en Común (ZeC), la integrante de los GRAPO Carmen López dio una conferencia en el centro comunitario Luis Buñuel.

«Los actos de exaltación del terrorismo, aunque sean legales, no son ni éticos ni morales», continuó Azcón. «No queremos que las conferencias de asesinos se hagan en nuestra ciudad, y mucho menos se harán con la colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza», agregó, para a renglón seguido referirse a que el consistorio abrirá una etapa de «colaboración» con las asociaciones de víctimas del terrorismo. Y, para ello, en el 2020, se firmará con ellas un convenio guiado por los principios de la dignidad y la justicia.

Durante el acto, al que asistieron representantes de todas las fuerzas políticas locales y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, se guardó un minuto de silencio. Tras el mismo, tomó la palabra Lucía Ruiz, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en Zaragoza, que se hallaba en la casa-cuartel cuando, en la madrugada del 11 de diciembre del año 1987, estalló un coche cargado con 250 kilos de amonal. «Para nosotros es muy importante que no se olvide lo ocurrido», señaló, al tiempo que destacaba la importancia de que el recuerdo de las víctimas no se limite a un día al año.

Ofrenda de flores

Tomó la palabra a continuación Concepción Fernández, de la entidad Covite, dedicada asimismo a la defensa de los familiares de las víctimas del terrorismo, quien citó por su nombre y apellidos a todos los fallecidos en el atentado contra la casa cuartel, obra del etarra Josu Ternera, quien hace seis meses fue entregado a España por la Justicia francesa. «Fueron asesinadas de la manera más vil y cruel», dijo.

Seguidamente, se procedió a depositar flores ante el monumento a las víctimas que preside la plaza de la Esperanza, donde se perpetró el ataque terrorista, mientras la solista Nuria Gañet interpretaba con violoncello la pieza Ariosto, de Bach.

El alcalde fue el primero en realizar la ofrenda, consistente en un gran ramo de flores blancas con una cinta en la que se podía leer Ayuntamiento de Zaragoza. Le siguieron el resto de participantes en el acto.