El profesor César Bona apeló ayer a hacer de las escuelas un lugar al que al alumnado le apetezca ir e hizo un llamamiento a educar en el respeto a uno mismo y a los demás, a las diferencias, así como en el respeto al medio ambiente, en la resolución de problemas y en la gestión de emociones. El fin de la escuela, sobre todo, es ser mejores colectivamente, destacó el candidato al Global Teacher Prize en el 2015 durante su comparecencia en la comisión especial de estudio sobre un Pacto por la Educación de las Cortes de Aragón, en la que insistió en que para cientos de alumnos ir al colegio cada día es «una odisea».

«Si hiciéramos simplemente una lluvia de ideas sobre esa frase seguramente se acabaría el debate», remarcó Bona, quien advirtió de que nadie, cuando se convirtió en maestro, comprobó si sabía tratar con niños o si era capaz de estimular la curiosidad o creatividad de los alumnos.