Una de las medidas tomadas por parte de Instituciones Penitenciarias tras la declaración del estado de alarma fue la suspensión de los vis a vis o los permisos carcelarios. Pero los internos que aún estaban en la calle han tenido que regresar y han visto cómo en prisiones como la de Zuera han acordado aislarlos en un módulo.

En total son diez presos que no comparten celda y que se encuentran en el área de ingresos, es decir, en la zona en la que los reos viven hasta que son clasificados. La previsión es que en esta zona también sean confinados los encarcelados que hayan tenido que pasar por el hospital por si ahí han podido infectarse con el coronavirus.

A todas estas personas se les realiza un seguimiento especial por parte de los servicios médicos de la cárcel que constan, principalmente, de la toma de temperatura, que es una de las principales señales del covid-19 junto a la tos y los problemas respiratorios.

No es el único plan que ha iniciado esta prisión zaragozana con respecto al coronavirus, ya que también ha decidido vaciar un módulo entero y reservarlo para futuros infectados. Una situación que ha agravado el confinamiento existente en una de las cárceles más masificadas de España, con 1.300 presos.

A ello se une que la supresión de los vis a vis ha hecho que una de las entradas de la droga en el interior de la prisión se haya cerrado y el tráfico entre reos es inviable. Estas circunstancias están haciendo, según fuentes penitenciarias, que la irascibilidad haya aumentado y con ella las peleas. No obstante, ninguna ha tenido consecuencias graves.

El último estudio realizado concluyó que en el mes anterior al ingreso en la cárcel el 37,8% de los reclusos había tomado cannabis, el 50% cocaína, el 13,5% tranquilizantes sin recetar y el 12,2% heroína. El 58,7% de la población reclusa es policonsumidora. Una vez en los centros el consumo se reduce, si bien, el 19,4% fuma cannabis y el 6,2% tranquilizantes no recetados.

Reclaman tests rápidos para reclusos

La situación de los centros penitenciarios es comparable a la de las residencias de ancianos. Son centros cerrados en los que se encuentran muchas personas con factores de riesgo que pueden hacer aumentar el impacto o la mortalidad de esta enfermedad. Por ello la Asociación Nacional de Enfermería Penitenciaria (ANEP) reclama tests rápidos de covid-19. Reclaman, además, el desarrollo urgente de un protocolo de actuación para la sanidad de Instituciones Penitenciarias ante el a avance del coronavirus, además de poder custodiar ellos el material que precisan.