Sociedad

La acampada por Palestina en la Universidad del Zaragoza se traslada de Interfacultades al exterior

El corazón del campus San Francisco acogerá las tiendas en las que los estudiantes dormirán durante el fin de semana

Por la tarde, se celebrará una asamblea en los que los organizadores de la protesta comunicarán sus próximas acciones

Un grupo de estudiantes, acampados en Interfacultades

Un grupo de estudiantes, acampados en Interfacultades / Miguel Ángel Gracia

Arturo Pola

Arturo Pola

Tras una noche muy larga, el edificio de Interfacultades de la Universidad de Zaragoza ha recuperado su actividad habitual, aunque, por el aspecto que a simple vista se podía apreciar en sus instalaciones, se podía comprobar sin mucha dificultad que no era un viernes más. A las numerosas banderas de Palestina, así como infinidad de pegatinas, se les sumaban numerosos sacos de dormir y varias cajas de provisiones para el alrededor de medio centenar de estudiantes que han pasado allí la noche. 

Los restos de repostería, sumados a los cartones de leche y zumo, delataban que allí habían desayunado los acampados, aunque pocos quedaban por el edificio, o al menos no se dejaban ver. Porque el encierro "indefinido" que anunciaron ayer jueves los universitarios no es un aislamiento rígido, sino que pueden entrar y salir de la Universidad.

De hecho, muchos se han ido a su casa a descansar(de verdad) antes de volver esta tarde a la acción, cuando, sobre las 19:30 horas, se celebrará una asamblea en los que los organizadores de la protesta comunicarán sus próximas acciones para continuar con la ola reivindicativa.

¿Cómo pasaron la noche los acampados?

Durante el encierro de la pasada noche, en otra asamblea, se decidió abandonar durante la mañana de este viernes el edificio de Interfacultades para trasladar la protesta al corazón del campus San Francisco. Será alrededor del estanque del parque central donde se instalen las tiendas de campaña en las que los estudiantes dormirán las sucesivas noches hasta que finalice la protesta, en un movimiento que recuerda a las acampadas del 15M.

Antes, las caras largas de los pocos universitarios que han dormido allí que quedaban a mitad de mañana por la zona daban a entender de que se había dormido poco. Profundas conversaciones, juegos de cartas, música fueron las actividades con las que se entretuvieron los acampados en un edificio que no apagó sus luces en toda la noche. Incluso, los más precavidos, han reconocido que han estado estudiando durante varias horas, porque sus espíritus reivindicativos no están enfrentados con sus obligaciones académicas.