El centro de Traumatología de Zaragoza, inaugurado en 1971, lleva 33 años de existencia sin que se haya cambiado casi nada, cuando la vida media de un dispositivo asistencial de este nivel es de 25 años. Pero al fin ha llegado su momento, después de varias intentonas y de la colocación de hasta tres primeras piedras.

Hoy dará comienzo la rehabilitación del gran bloque de hospitalización, que desarrollará la empresa Ferrovial a lo largo de tres años. La gerencia del Miguel Servet le hizo entrega este pasado viernes de cuatro de las plantas ya desalojadas por las que comenzarán los trabajos a partir de hoy. Paralelamente, el hospital afrontará la construcción de un edificio polivalente, con nuevas UCI, quirófanos y Urgencias, que unirá Trauma con la Residencia General. El Servet se desprenderá además de sus consultas externas, que serán reubicadas en el edificio anexo de Muface, dejando así libres nuevos espacios que serán readaptados con otras funciones.

El objetivo es llegar a la primavera del 2007 con un centro totalmente renovado, moderno y funcional, que permita elevar si cabe el prestigio del hospital de Traumatología.

LOS PRIMEROS TRABAJOS La reforma del bloque de hospitalización arrancará por las plantas superiores (la siete, la ocho, la nueve y la diez), que serán entregadas en el mes de octubre. Posiblemente ése será el momento en que más de un trabajador todavía reticente comience a convencerse. Así lo cree Carlos Barba, subdirector de Gestión e Ingeniería y responsable de la comisión de obras, que repite en estas lides después de haber coordinado la reforma del Clínico.

Las comparaciones son inevitables. En su opinión, reformar las diversas plantas será más sencillo que en el hospital vecino porque los espacios son más amplios en general, aunque la comunicación con el nuevo bloque de quirófanos, de cinco alturas, y que se levantará en la parte posterior, puede ser mucho más compleja.

Las cuatro plantas objeto de esta primera fase --dos de ellas con pacientes, la siete y la ocho--, ya están desalojadas. Dentro de seis meses el hospital tendrá ya tres pisos remodelados, dos de hospitalización y uno de instalaciones del centro. Siempre habrá una planta que funcionará como colchón.

El desalojo ha sido posible gracias al apoyo de los hospitales Royo y Militar, así como a las reubicaciones dentro del propio hospital.

Los operarios de Ferrovial entrarán a trabajar a través de la nueva escalera de incendios instalada en la fachada próxima al Huerva, dejando libres los ascensores de Trauma, que acaban de ser sustituidos por unos nuevos, de mayor capacidad, modernos y sobre todo rápidos. Los viejos no habrían aguantado ni los tres años que quedan para que acabe la tan ansiada reforma. Mientras, los trabajadores y los pacientes tendrán que soportar y asumir lo que ya es imparable. Una reforma integral que sin duda agradecerán la plantilla del centro, los enfermos y sus familiares.