Los niños llevan casi dos semanas sin colegio, y el aburrimiento de los pequeños se ha convertido en el principal escollo que tienen que salvar las familias durante los días que dure el confinamiento. Pero no hay que tenerle miedo. Patricia Fernández, psícologa infantil y directora de la Unidad de Atención al Desarrollo, explica que ahora mismo los pequeños (y los adultos) se encuentran entre dos fases -la de aclimatación a la situación y la de resistencia- y que hay que acostumbrarles a mantener un ritmo y una energía menor sin que eso signifique aburrirse.

“Los niños hoy no están acostumbrados a aburrirse porque tienen todas las extraescolares del mundo. Si los sientas a leer o a hacer manualidades se creen que no están haciendo nada y se aburren. Y eso no es así”, explica la psicóloga. Durante los días pasados se ha dado un gran desarrollo de la creatividad en los hogares españoles, pero Fernández, pero “no podemos venderles magia”. “Hacer una tarta de chocolate un día es divertido. Hacer una cada día no, eso es así”, por lo que Fernández insta a los padres a que sigan tirando de su creatividad.

En su opinión habría que fomentar los juegos simbólicos, “aquellos a los que todos hemos jugado en el pasado en el que una almohada se convierte en un escudo y una cacerola en una espada”. Fernández también menciona la posibilidad de comprar juguetes nuevos por internet para que cada semana los niños tengan un incentivo diferente. Sobre el móvil u otras pantallas en las que jugar, la psicóloga explica que lo mejor es limitar su uso a una hora al día “y dividida en cuartos de hora”.

Fernández sigue haciendo terapia estos días, vía webcam eso sí. Además del aburrimiento, dice también que los pequeños comienzan a sentirse tristes. Para solucionarlo hay que hacerles entender que esto es temporal y que pasará, pero no hay que dejarles hacer “lo que quieran” porque si no la vuelta a la rutina se les hará “muy dura”. “Les falta el contacto con sus iguales. Es normal que reaccionen así, pero no hay que preocuparse en que esto vaya a tener consecuencias en la salud mental de los pequeños”, añade.

Fernández lamenta que algunos docentes estén cargando de trabajo a los pequeños y pide "que no le pasen la pelota a los padres para cumplir con el currículo"

No coincide, eso sí con la petición del Gobierno de Aragón de que los niños salgan a la calle, “porque son vectores de contagio”. Es importante, aun así, mantener las diferencias entre la semana y los fines de semana. “Para el sábado y el domingo podemos dejar las actividades más excitantes para que ellos tengan motivación a lo largo de la semana”, explica la psicóloga.

Sobre los deberes, Fernández lamenta la actitud de algunos docentes y pide que no “pasen la pelota a los padres para cubrir el currículo. “Los padres siguen trabajando y los niños no están acostumbrados a trabajar telemáticamente y un exceso de trabajo les puede generar estrés”, argumenta. Además, pide a los padres que mantengan a sus hijos informados sobre la situación, pero sin pasarse.

“Hay que explicárselo, pero una vez. No tienen que estar todo el día expuestos a noticias negativas”, dice Fernández. Recomienda además que si ven los informativos sean los del mediodía, “ya que por la noche hay muchos pequeños que están teniendo pesadillas”.