La crecida ordinaria del Ebro, cuya punta se espera que llegue esta tarde a Zaragoza, ha anegado 500 hectáreas de cultivos en el término de Novillas, aguas arriba en la margen izquierda del río, lo habitual en este tipo de avenidas.

La cresta de la crecida atravesó ayer Novillas a las 22.30 horas con un caudal de 1.500 metros cúbicos por segundo y una altura de 6,16 metros, por debajo de los 6,98 metros que alcanzó la máxima avenida de 2013.

El alcalde de Novillas, José Ayesa, ha confirmado a Efe que el agua ha anegado campos de guisantes, cultivo que "más riesgos presenta" para su recuperación, así como de alfalfa y trigo.

También se han vuelto a producir roturas de motas, lo que se ha sumado a que algunas particulares que estaban afectadas por anteriores crecidas permanecían sin reparar debido a la incapacidad económica de los agricultores y a la falta de ayudas, según ha precisado Ayesa.

El alcalde ha lamentado tener que hablar de una crecida ordinaria porque siga causando daños debido a la falta de limpieza del cauce ya que, ha explicado, las que se hacen de manera puntual son "como una gota de agua en un océano".

Ayesa también cree que esta riada se podría haber aminorado "con previsiones", ya que el pantano de Yesa estaba al 90 por ciento de su capacidad.

Se espera que la punta de la crecida pase por la capital aragonesa en torno a las 17.30 horas de la tarde con un caudal de 1.478 metros cúbicos por segundo.