Misión cumplida. Los últimos efectivos del destacamento Mizar, desplegado en Afganistán desde el 2002, regresaron ayer a la Base Aérea de Zaragoza en un avión Hércules y fueron recibidos con todos los honores. De esta forma, tras 12 años de servicios, se puso punto final a la presencia del Ala 31 y del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo en el país asiático, donde sigue adelante la base de Herat.

El acto de regreso del destacamento (una veintena de hombres en su última rotación) estuvo presidida por el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA), el general F. Javier García Arnaiz, y contó también con la presencia del jefe del Mando Aéreo de Combate(MACOM), Eugenio M. Ferrer Pérez, y el responsable del coronel jefe del Ala 31, José María Espeleta Plaza.

La ceremonia, llevada a cabo en uno de los hangares de la Base Aérea, vivió momentos emotivos, como cuando el último responsable del destacamento entregó al JEMA la bandera desplegada en la base de Afganistán. Espeleta resumió con cifras la importancia de la misión realizada: un total de 6.000 salidas, más de 13.000 horas de vuelo, más de 113.000 pasajeros y más de 13 millones de toneladas transportadas.

RECUERDO Además, tuvo un recuerdo para los "momentos difíciles", como el accidente del Yak 42, que dejó 62 "compañeros muertos", y el de un helicóptero, con un balance de 17 víctimas mortales.

Por su parte, el JEMA subrayó que los datos aportados por Espeleta revelan la magnitud del esfuerzo del destacamento Mizar para "dar una oportunidad a aquel país tan lejano".

Para García Arnaiz, el destacamento Mizar es "un buen ejemplo de la capacidad expedicionaria de las unidades del Ejército del Aire". Pero matizó que esa capacidad, hasta ahora proporcionada por los aviones Hércules, dependerá en adelante de la llegada del modelo A400M, fabricado por varios países, entre ellos España, por la empresa Airbus.

"Aunque los Hércules siguen en plena forma", dijo, "hay que reconocer que necesitan más cuidados que hace unos años". Sin embargo, quiso disipar las dudas sobre el futuro del Ala 31, del que dijo que "sigue siendo muy prometedor". "La llegada del A400M hará que sus servicios vayan a ser, si cabe, todavía más ambiciosos", aseguró.

"Los momentos más complicados son cuando se pierde a un compañero o a un amigo", resumió, por su parte, el coronel Espeleta, que destacó la importancia de la misión realizada.