El mismo día en que las calles de Aragón se llenaron de personas para reivindicar la igualdad y el fin de la violencia machista con motivo del 8-M, un vecino de Zaragoza, identificado como J. C. M. H., fue detenido por intentar matar a su novia con una puñalada en el vientre. No lo consiguió, ya que la víctima, de 19 años, se protegió con las manos y evitó que las lesiones fueran graves.

La agresión se produjo sobre las 07.30 horas del pasado domingo en el interior de la vivienda en el que víctima, arrestado y otros familiares residen en la calle Conde Aranda de la capital aragonesa. Fue la tía de la joven la que llamó alarmada a la sala del 091 para pedir ayuda urgentemente porque el novio de su sobrina la había herido con un cuchillo.

Rápidamente se trasladaron a ese lugar varios efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y una ambulancia del 061 que encontraron en el portal a una mujer ensangrentada y llorando. Los sanitarios la atendieron del fuerte corte que presentaba, mientras los agentes le preguntaban qué había pasado.

Miedo

Ella explicó que su agresor estaba aún en el piso, que iba armado y que ella había decidido salir corriendo por miedo. En ese momento, agentes pertenecientes a la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón decidieron quedarse con ella, mientras que otros subieron al piso para arrestarlo.

La víctima les explicó en ese momento que habían discutido al regresar de la discoteca Trópico por «celos», debido a que a su novio «no le había gustado que estuviera hablando con un amigo». De hecho, ella decidió abandonar el local antes que J. C. M. H. para «evitar más problemas». Lo hizo sola, mientras su agresor continuaba en el pub, situado en la calle Dato de Zaragoza.

Cuando llegó a casa, el hombre de 23 años y de origen nicaragüense, entró en la habitación en la que ella estaba dormida, la agarró de los pelos y trató de apuñalarla en el estómago. «No lo consiguió porque traté de protegerme», afirmó la joven, que salió corriendo de la habitación, pidió ayuda a sus familiares y bajó a la calle. En ese mismo momento, ella les mostró su voluntad de interponer denuncia por violencia de género contra J. C. M. H., sin antecedentes penales ni policiales.

Arresto

Los agentes subieron al piso provistos de escudos y defensas reglamentarias a fin de evitar males mayores ante lo explicado por la víctima. En el interior de la vivienda localizaron en una de las habitaciones al sospechoso que ante la presencia policial se mostró muy alterado. Intentó esconder sus manos, si bien rápidamente fue inmovilizado. Observaron que presentaba restos de sangre en una camiseta blanca. El cuchillo estaba en la fregadera y había sido lavado.

Una vez arrestado, le interrogaron para saber qué había pasado. En ese momento, este reconoció lo sucedido, si bien, tal y como señala el atestado policial al que tuvo acceso EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, les señaló «que perdió el control por los insultos que había recibido por parte de su novia, relatando que los improperios habían sido expresiones, tales como ‘mantenido’ o ‘hijo de puta’». Cuando le cachearon antes de proceder a engrilletarle, los agentes vieron que llevaba 795 euros en uno de los bolsillos, una suma que pertenecía a la víctima.

Los policías nacionales también interrogaron a la mujer que pidió ayuda a la sala del 091. Esta aseguró que «temía desde hace tiempo que esto pudiera pasar por los celos que tiene a su sobrina». Puso como ejemplo que hace dos semanas «había estado golpeando las puertas y paredes de la casa, mientras gritaba: ‘La voy a matar’».

J. C. M. H. fue puesto ayer a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza, cuya magistrada titular decretó el ingreso en prisión provisional como supuesto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa. También se inhibió en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de la capital por tratarse de un caso de violencia machista.

La jueza señaló en su escrito que «existen indicios racionales» de que el hombre, defendido por el abogado, Luis Ángel Marcén, es el autor de este hecho delictivo penado con hasta cinco años de cárcel. También considera que la falta de arraigo en el territorio nacional hace que exista «riesgo de fuga», además de reiteración delictiva. Por otro lado, decretó una medida de protección a la víctima.

La Policía ve un riesgo alto

La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón ha analizado el caso, que ha calificado de «riesgo alto» para la víctima. Ello permite al juzgado establecer las medidas de protección máximas para evitar que la víctima pueda sufrir una situación similar o más grave.

La jueza ya ha impuesto al autor una orden de alejamiento de 200 metros y de comunicación por cualquier medio durante el tiempo que dure la instrucción. La mujer relató que viven juntos desde hace tres años, pero que «desde hace unos ocho meses manifiesta el acusado unos celos extremos».

«No me dejaba salir de casa, si lo hacía me insultaba, además de constantes insultos», afirmó. También reconoció ante el Cuerpo Nacional de Policía que no denunció los hechos anteriormente porque ella se encuentra en situación irregular en España y temía ser expulsada.