La planta de Opel de Figueruelas ya ha recuperado la normalidad de su producción tras un parón de tres semanas por las vacaciones. Ayer se incorporaron los trabajadores de los turnos de mañana y tarde, mientras que el pasado domingo (a las diez de la noche) lo hicieron los del equipo de noche. Con este reinicio de la actividad la planta se encamina al gran reto que tiene por delante en los próximos meses: el lanzamiento del nuevo Corsa, el modelo estrella de la factoría, que cuenta con casi 6.000 empleados.

La producción en serie de la que será la sexta generación del coche arrancará en el mes de octubre, pero la línea dos de la fábrica (la dedicada a este modelo) ya se prepara para ello. Ahora mismo se está ensamblando en una veintena de unidades al día del nuevo utilitario dentro del periodo de pruebas del lanzamiento. El objetivo es llegar a hacer 1.050 Corsas diarios para el mes de diciembre, aunque los ritmos de producción están siempre sujetos a la demanda del mercado.

El otro gran desafio del calendario más próximo se producirá en enero del 2020, cuando se inicie la fabricación en serie del Corsa-e, la versión eléctrica del modelo, que supondrá el estreno del Figueruelas en este tipo de motorización.

La vuelta de vacaciones ha sido «de mejor gusto que otros años», afirmó la presidenta del comité, Sara Martín, quien destacó las «buenas perspectivas» de la planta para el segundo semestre del año. «Es previsible que se tengan que trabajar los sábados, lo cuál es buena señal», comentó. Martín destacó la buena noticia que ha supuesta la incorporación a la plantilla de 300 empleados de Android, la mayoría mujeres mayores de 35 años, que ya han empezado a fichar como trabajadores de PSA. J. H. P.