La Fiscalía Provincial de Zaragoza investiga un caso de ablación a una niña de dos años en el barrio de Las Fuentes. El caso se detectó en el centro de salud de Torrerramona por parte de una pediatra en una posible revisión a la niña. De forma inmediata, esta profesional sanitaria trasladó el caso a la trabajadora social y, entre ambas, lo remitieron a Fiscalía junto a un parte de lesiones.

A falta de confirmación oficial, el caso se habría detectado esta misma semana. A partir de ahora, queda en manos de la investigación policial.

Fuentes del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno aragonés confirmaron el caso a este diario, si bien no ha trascendido nada más acerca de la identidad o nacionalidad de la familia investigada.

Por su parte, fuentes del personal sanitario aseguraron a este medio que al tratarse de una cuestión «interna (se detecta en Pediatría) y delicada» no se difunde entre compañeros de forma generalizada. Asimismo, apuntaron que el hecho de detectar un caso de ablación «no es común, pero tampoco excesivamente extraño» en Atención Primaria y apuntaron a determinados centros de salud de la ciudad, a donde suele acudir más población orginaria de países y comunidades donde esta práctica es habitual.

La mutilación genital femenina, más conocida como ablación de clítoris, afecta a la salud física, sexual y psicológica de las mujeres. Cada año se mutilan los genitales de tres millones de niñas -principalmente menores de 15 años-- en todo el mundo por razones no médicas para controlar los deseos y las conductas sexuales de las mujeres.

El Código Penal castiga esta práctica tanto si se realiza en España como si se hace en el extranjero pero se detecta aquí. Las penas oscilan entre los 6 y los 12 años de cárcel por un delito de lesiones, además de la privación de la patria potestad. La primera sentencia por ablación en España se produjo en el 2011 en Alcañiz. Entonces, el padre fue condenado a seis años de prisión y la madre a dos.