La Fiscalía Anticorrupción ha abierto una investigación a Bantierra (Caja Rural de Aragón) para averiguar si, tal y como denuncia una de sus trabajadoras, esta entidad ayudó a blanquear dinero a ciudadanos chinos, que obtenían hipotecas y las pagaban poco después con dinero en metálico de dudosa procedencia.

El fiscal tomó declaración el pasado martes a la denunciante, una trabajadora de una sucursal de Bantierra en Madrid que explica una serie de operaciones sospechosas que pararon de hacerse temporalmente cuando saltó a la luz la operación Emperador sobre una trama china de blanqueo liderada por Gao Ping.

Según la denuncia de la empleada, a la que ha tenido acceso Efe, las operaciones comenzaron a realizarse en el primer semestre de 2012, cuando empezaron a llegar a su sucursal y a otras de la capital propuestas de operaciones hipotecarias de ciudadanos de origen chino y también alguna de países del este de Europa.

En ese momento, el director de zona de la entidad avisó a los empleados de que esas operaciones eran "prioritarias", relata la trabajadora, que explica que los solicitantes eran personas con salarios muy bajos y contratos temporales de corta duración.

Sus hipotecas -de hasta 120.000 euros- se aprobaban, según su versión, sin pasar por los servicios centrales de Bantierra y los chinos ingresaban, el mismo día de la firma del préstamo o un día antes, dinero en efectivo por cantidades similares al préstamo sin justificar su origen.

Algunos de estos hipotecados liquidaban la deuda transcurrido un tiempo con el dinero en efectivo que habían ingresado previamente y otros esperaban hasta un año para hacerlo.

En algún caso se trataba de ciudadanos del este, como fue el de una limpiadora del hogar que trabajaba 3 horas a la semana y que enseñó a la denunciante una cartilla de otra entidad con ingresos de 10.000 y 20.000 euros dos días consecutivos cuando su saldo anterior era muy bajo.

Además de solicitar las hipotecas y pagarlas íntegramente poco tiempo después, los ciudadanos chinos que acudían a la sucursal pedían que se les cambiara dinero en metálico en billetes pequeños por billetes de 500 euros, lo que en una ocasión se quiso hacer por valor de 440.000 euros, pero finalmente el cambio no se realizó al oponerse la trabajadora.

La denunciante asegura que ella avisó por correo de las operaciones al presidente de la entidad, José Antonio Alayeto, y recibió como respuesta que los servicios jurídicos contactarían con ella, cosa que nunca ocurrió.

En enero de 2013, al volver de vacaciones de Navidad, descubrió que los servicios centrales de Bantierra habían borrado esos correos en los que denunciaba el supuesto blanqueo.

Unos meses antes, en octubre de 2012, se destapó la operación Emperador de una red de lavado de dinero, momento en el que, según la empleada, las operaciones hipotecarias se paralizaron y se trasladaron a Barcelona, aunque en 2013 se volvieron a hacer en la capital.

La mujer, que también puso los hechos en conocimiento del Servicio Ejecutivo para la Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac), prestó declaración ante la Fiscalía el pasado martes y presentó documentación que podría demostrar las operaciones sospechosas.