En la agreste dureza de las rocas y farallones del Reino de los Mallos destaca una delicada, única y misteriosa flor. Desde finales de febrero hasta junio florece en la zona la erodium gaussenianum, un tipo de geranio que solo crece en una pequeña extensión de unos ocho kilómetros cuadrados en todo el planeta tierra. Fue descubierta a finales de los sesenta, pero no fue hasta la década de los setenta cuando se registró y se le puso nombre. Es una especie en peligro de extinción, por lo que hay que poner especial cuidado en la conservación de su entorno.

Conocida como el geranio de los buitres ya que siempre busca los suelos nitrificados por las deyecciones de los buitres que anidan en la zona, esta insólita flor es el contrapunto natural al patrimonio artístico de Murillo de Gállego.