La Guardia Civil clausuró el jueves pasado temporalmente parte de la galería de tiro del Club de Tiro Zaragoza por supuestas irregularidades halladas en el curso de una inspección y relacionadas con daños en la estructura de la misma. La Benemérita, que está realizando gestiones sobre esta instalación, realizó ayer otra inspección, según informaron fuentes del instituto armado

Esta revisión, que según la propiedad es de carácter «habitual», podría estar motivada por denuncias sobre la presunta salida del recinto de proyectiles, con el consiguiente riesgo para la seguridad pública.

En el 2015, socorristas de la piscina existente en el complejo, situado cerca del cementerio de Torrero, dejaron constancia en un escrito a la dirección que un posible rebote en la galería de fuego o un «despiste» de un tirador provocó que apareciera un proyectil en el fondo del vaso.

Pero ayer mismo fuentes de la entidad, que es de carácter privado, subrayaron que el citado objeto, «una vaina», había sido «arrojado» a la piscina por alguien y, por lo tanto, no provenía de la galería de tiro. «Se ha cerrado por pequeñas deficiencias que es preciso subsanar, pero en modo alguno se salen los tiros», indicaron.

ÁREA DE SEGURIDAD / Un denunciante que no quiso revelar su identidad aseguró que el Club de Tiro Zaragoza «carece de licencia de actividad» y acusó al ayuntamiento de «hacer la vista gorda». «Los plomos salen de las galerías al exterior, tanto a los Pinares de Venecia como al cementerio, y eso es un riesgo para quienes se hallan en ese entorno», manifestó esta fuente.

Sin embargo, la dirección del club negó tajantemente todas estas acusaciones y manifestó que el cierre «ha sido solo parcial, por lo que se puede venir a practicar en la galería de 25 metros».

«La instalación posee, dentro de su recinto, un área de seguridad de más de 300 metros de anchura, de forma que ningún proyectil puede salir de aquí, es imposible que rebase esa zona tan amplia», declaró un portavoz de la instalación que no concedió «ningún crédito» a la aparición de balas o fragmentos metálicos en las inmediaciones, en la parte exterior del servicio.

Desde su punto de vista, se trata de «un problema puntual que se va a subsanar» mediante el arreglo del parabalas, que se deteriora debido al uso». «Nos inspeccionan tres veces al año, por lo que las últimas revisiones hay que verlas como algo normal en el funcionamiento habitual del centro», añadió la misma persona.

«OTROS INTERESES»

En este sentido, la dirección opinó que las supuestas denuncias «pueden obedecer a otros intereses» totalmente al margen de la actividad cotidiana de la entidad, con el fin de perjudicarla por motivos de competencia profesional.

Los denunciantes, sin embargo, aseguran que, a lo largo de los años, se han producido numerosas salidas de proyectiles, hasta el punto de convertirse este hecho en un motivo de preocupación en esa parte de Zaragoza.

La dirección replica que lo que califica de «pequeñas deficiencias» se solventarán y enseguida reabrirá «toda la galería de tiro», con 50 metros en total. Desde su punto de vista, la práctica cotidiana con armas hace que determinados materiales del recinto sufran desperfectos que se arreglan cada cierto tiempo.