Un hombre de 35 años, Pedro L. J. C., fue encontrado ayer en estado muy grave y con evidentes signos de violencia en su domicilio del pueblo de Pina de Ebro, a unos 35 kilómetros de Zaragoza.

La víctima había faltado dos días a su puesto de trabajo, por lo que se dio aviso de su desaparición a la Guardia Civil, que lo descubrió en el dormitorio de su casa sobre las 15.00 horas, casi desnuda, atada de pies y manos en la cama y en medio de un charco de sangre. Presentaba síntomas de una sobredosis de heroína.

El cuerpo de la víctima tenía numerosos cortes producidos, al parecer, por un arma blanca. Su cara estaba desfigurada. Dada la gravedad de sus lesiones, un helicóptero del 112 trasladó a Pedro L. J. C. al hospital Clínico de Zaragoza, donde ingresó en la unidad de cuidados intensivos.

La víctima, que era de origen vasco, se instaló en el pueblo en los años 90, cuando se trasladó desde el País Vasco a Pina de Ebro para trabajar en la fábrica Arruabarrena, dedicada a la bollería industrial. La agresión podría tener un móvil sexual, según indicaron ayer fuentes cercanas a la investigación.

"Organizaba frecuentes fiestas en su casa a las que iba gente de fuera del pueblo", comentó un vecino. "Se rumoreaba que si podía ser homosexual", añadió.

La Guardia Civil tuvo que acceder al piso de Pedro, conocido como Pedrito en el pueblo, por la terraza del edificio. Una vez dentro, los agentes siguieron un rasgo de sangre que los llevó hasta el dormitorio, donde hallaron a la víctima en calzoncillos y atada en la cama.

"Debió de venir al pueblo hace unos diez años, pero yo apenas lo conocía", indicó ayer José Zumeta Usón, alcalde de Pina de Ebro, una localidad de unos 2.500 habitantes en la que una parte importante de los habitantes proceden de otras partes de Aragón y de España debido a su auge industrial. "En cualquier caso --agregó--, no era una persona problemática, que yo sepa".

CARACTER INGENUO "Tenía la cara completamente irreconocible", comentó un vecino que añadió que "realizaba muchos viajes a Zaragoza y se traía a gente muy extraña, con muy malas pintas, hasta el punto de que más de uno le habíamos dicho que tuviera cuidado, que no se mezclara con determinado tipo de personas". "De tan bueno como es, resulta incluso ingenuo", dijo una persona próxima a su círculo.

La entrada de la Guardia Civil al domicilio de la víctima, así como el aterrizaje del helicóptero en un céntrico solar, creó una gran expectación entre los vecinos de Pina. Muchos de ellos se agolparon ante el edificio donde vive Pedro para ver qué pasaba. "El médico y el practicante de Pina han sido de los primeros en entrar y han estado una hora y media por lo menos", señaló uno de los curiosos.

En la calle todo el mundo comentaba que le "habían dado una paliza" que le había dejado "medio muerto". Un vehículo de la Guardia Civil trasladó el cuerpo intubado de Pedrito al helicóptero, en medio de la expectación y la extrañeza de los vecinos de Pina.