Ibercaja ha cerrado la venta de una cartera de préstamos, en su mayoría dudosos, con un valor nominal de 534 millones, con la que reduce un 40 por ciento el saldo dudoso de crédito a empresas inmobiliarias y no inmobiliarias respecto a marzo de este año, según ha informado hoy la entidad.

El banco aragonés ha llevado a cabo la venta de esta cartera, denominada Ordesa, mediante un proceso competitivo al que han concurrido diferentes inversores internacionales y la operación se ha adjudicado a la sociedad MELF Investment Holding II, asociada a Marathon Asset Management, con sede en Nueva York.

Ibercaja, que ha estado asesorada por Alantra, conseguirá con esta venta una disminución del ratio de morosidad aproximada en 170 puntos básicos respecto a marzo de 2019 hasta situarse en torno al 5 % a fin de este primer semestre del año, mientras que el de activos improductivos brutos se reducirá hasta el 7,2 % al finalizar junio, frente al 8,8 % de marzo.

En los últimos doce meses, Ibercaja habrá disminuido su saldo de activos problemáticos brutos en aproximadamente 1.500 millones de euros o un 37 % del saldo a cierre de junio 2018.

Esta operación supondrá un impacto negativo en resultados antes de impuestos de aproximadamente 25 millones de euros a contabilizar en el segundo trimestre del ejercicio, mientras que en términos de capital, la transacción generará un impacto positivo en el ratio de solvencia CET1 Fully Loaded.

Ibercaja suma la venta de esta cartera a otros hitos conseguidos desde el inicio del actual ciclo estratégico, como la emisión de capital AT1 por 350 millones de euros en marzo del pasado ejercicio y la venta de la cartera de activos adjudicados "Cierzo" por 641 millones en diciembre.

La entidad recalca que esta transacción le permite avanzar en el saneamiento del balance y la disminución de activos improductivos, con el objetivo de mejorar el perfil de rentabilidad del banco.

En el Plan Estratégico anterior (2015-2017), Ibercaja ya llevó a cabo otras operaciones similares, como el de las carteras denominadas Goya y Fleta, en las que se traspasaron préstamos promotor clasificados como dudosos por 698 y 490 millones de euros, respectivamente, la primera de ellas en 2015 y la segunda en 2017.