El Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido no esperar a que el Gobierno de Aragón le diga si la gestión de las escuelas infantiles es o no una competencia municipal. La reforma de la ley de bases deja en el aire esta cuestión y este era uno de los servicios que el consistorio incluyó en el listado que el pasado mes de febrero remitió a la DGA solicitando aclaración. Pero no ha habido respuesta. Así que hoy, pese a que no se ha producido ni un solo contacto entre ambas administraciones, empezarán a recibir nuevas solicitudes para las centenares de plazas que quedarán disponibles.

Hasta el próximo 4 de abril se podrá pedir entrar en uno de los doce centros municipales de la capital. Ayer finalizó el plazo para formalizar las renovaciones y, como es habitual, quedarán libres en torno al 50% de las 1.005 plazas de las que disponen los doce centros municipales (161 de cero a 1 año, 312 de 1 a 2, y 532 hasta 3). Lo peor, este año, es que quizá el interventor municipal reciba instrucciones del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas indicando que el consistorio no está autorizado a hacer frente a ese gasto el próximo curso. Ya ha sucedido con otros gastos y podría volver a ocurrir.

Pero las familias no pueden quedarse con la incertidumbre más tiempo. El consistorio considera que hay que planificar el nuevo curso y la moratoria de la que habla la propia ley de bases para las competencias de Educación no es excusa para esperar. Aunque tampoco deja de lado la financiación, que se prevé un elemento de conflicto entre ambas instituciones en los próximos meses. ¿Quién asume lo que cuesta tener funcionando doce escuelas infantiles en Zaragoza?

TENDENCIA DESCENDENTE Mientras, el ayuntamiento zaragozano también aguarda con expectación los resultados que se produzcan este año en cuanto al número de solicitudes, ya que en solo tres años se ha reducido en un 26%. En el 2011 se habían registrado 1.483 peticiones y el año pasado ya fueron 1.100 --y 1.370 en el 2012--, una "tendencia descendente" que se ve agravada con el incremento que también se produce de bajas a mitad de curso.

Iniciar el proceso de admisión era una cuestión de sentido común, y de prestación de un servicio esencial para un millar de familias en toda la ciudad, aunque en las últimas semanas el responsable municipal de Educación, Jerónimo Blasco, no se ha cansado de repetir que la DGA no aclara quién asume esta competencia que la nueva ley de bases apunta a que perderá el consistorio.