El Instituto Aragonés del Agua (IAA) ha editado una guía para una correcta gestión del fibrocemento en la que se detallan las diferentes responsabilidades que hay ante este material que "debe ser considerado como residuo peligroso".

El fibrocemento es un material constituido básicamente por un cemento reforzado con fibras para darle mayor capacidad mecánica y que cuando se fractura libera fibras de amianto que, por su poca densidad, quedan suspendidas en el aire y pueden penetrar a través de nuestro sistema respiratorio.

"Guía para una correcta gestión del fibrocemento" es su título del libro y su autor es Fernando de Benavides Añón, técnico en Prevención de Riesgos Laborales del IAA, que revela que este material "está mucho más presente de lo que nos podemos imaginar".

Depósitos de agua y redes de abastecimiento están hechos de fibrocemento y son instalaciones que todavía están en servicio lo que será "un problema hasta el momento en que termina su vida útil y se plantea su modificación o retirada".

Este material se utilizó en su momento porque las placas de fibrocemento, al añadirle amianto, resultaban impermeables, eran fáciles de cortar y de perforar, eran bastante estables químicamente, ligeras y de coste bajo.

El Instituto Aragonés del Agua emplaza a los ayuntamientos, los proyectistas o las empresas contratistas a una correcta gestión del fibrocemento, respetar la reglamentación existente y a que en su manipulación las contratistas tengan la acreditación necesaria.