Aparcó su pequeño triciclo en la terraza dispuesta a ver la televisión en el comedor junto a su mamá . Julie, una niña senegalesa de cinco años de edad, se adentró en su vivienda de la calle Francisco Cantín y Gamboa, en el barrio zaragozano del Casco Histórico, minutos después de las once de la mañana. Y lo hizo ajena a lo que sus ojos iban a presenciar, sin sospechar que dejaba atrás un verdadero infierno. A las 11.45 el reloj de su cuarto, situado junto a la terraza, dejó de funcionar. No le faltaban pilas. El fuego declarado entre su habitación y la terraza lo calcinó.

"Estaba de paseo en el Puente de Piedra y observé una columna de humo por la zona del Coso. Justo entonces mi mujer me llamó diciéndome que la terraza de nuestra casa estaba en llamas", declaró Cheikhou, el padre de Julie, que actualmente se encuentra en paro, al igual que su mujer. Cuando llegó a la vivienda se encontró con un panorama desolador. Maderas, persianas, juguetes y la cristalera de la terraza abrasadas por el fuego, la fachada del edificio calcinada y el cuarto de la pequeña totalmente ennegrecido. Pero no todo quedó ahí. La cuna y el cochecito de su bebé de sólo siete meses también quedaron reducidos a la nada . Mejor suerte corrió el triciclo; único objeto intacto en la terraza.

La causa: unas maderas

María Luisa Giner, su vecina de escalera y de terraza, tampoco presenció los hechos: "Siempre voy a comprar sobre las doce del mediodía pero esta vez me fui antes. Por suerte a Julie no le ha pasado nada". A María Luisa, quién acuñó cariñosamente el nombre de Julie a la niña hace cuatro años -- cuando la pequeña y sus padres llegaron a España procedentes de Senegal--, el fuego le arrasó las cortinas y las plantas. "Mi pájaro se ha salvado de milagro", exclamó. No obstante, los efectos habrían sido peores si las llamas hubieran alcanzado las bombonas de butano que María Luisa tenía en su patio.

Según la policía las maderas que había en la terraza parecen ser la causa del incendio. Fue tal la dimensión de las llamas que los agentes optaron por desalojar a los inquilinos del edificio para evitar intoxicaciones por humo. También desalojaron a Julie, todavía impactada en la tarde de ayer por los efectos del fuego. Pero las llamas no acabaron con sus ganas de jugar en la terraza. Sabe que, al menos, tiene su triciclo.