Una madre turolense pide dos años de prisión y dos de inhabilitación para el ginecólogo que la atendió en el parto, al que considera responsable de la minusvalía que padece el niño, de dos años y medio. La Fiscalía avala inicialmente la tesis de la madre y pide la misma condena para el ginecólogo, aunque solicita una indemnización de 750.000 euros para la familia --que asumirían también el Salud y las aseguradoras del facultativo y la DGA--, frente a los dos millones que solicitan los denunciantes.

La primera jornada del juicio por la presunta negligencia médica tuvo lugar ayer en Teruel. La madre, representada por el letrado Ricardo Agoiz, del Defensor del Paciente, recordó cómo el día del parto, en agosto del 2011, el doctor que la atendía en el hospital Obispo Polanco ordenó que se le practicara una cesárea, ante la falta de oxígeno que estaba sufriendo el bebé. Sin embargo, la orden fue dada a las 15.56, según reflejan los partes médicos, mientras que la intervención quirúrgica fue efectivamente practicada a las 16.20 horas.

LESIONES Como consecuencia de esta falta de oxígeno --según sostienen las acusaciones--, el bebé sufre un grado de dependencia máxima --un nivel 3-- y una discapacidad valorada provisionalmente (se suele fijar a los tres años) en un 69%. Según explicó el letrado, el niño "no se comunica, no anda y no sostiene la cabeza".

Una de las claves del proceso será determinar si, pese al resultado final, el doctor --defendido por el letrado José Antonio Sanz-- actuó correctamente al respetar el protocolo de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, que fija un periodo máximo de 30 minutos para practicar la cesárea.

Para las acusaciones, sin embargo, aunque la norma general sea esa hay informes que acreditan que con tan solo ocho minutos sin aire se producen daños cerebrales en el bebé --en este caso fueron 24--, por lo que deberían haber acelerado los trámites. El juicio terminará el jueves, tras la declaración ayer de 12 testigos, además de la denunciante y el acusado.