«Una de las alegrías de la amistad es saber en quién confiar» dijo el poeta y narrador italiano Alessandro Manzoni. Una aseveración que pudo comprobar, pero a la inversa, un vecino de Zaragoza que vio como la pareja que había invitado a tomar unas copas y cenar en su casa se aprovechó de ello y le robó sus pertenencias más valiosas. Los supuestos autores de este robo, Eugen M. y Katia L., se sentarán próximamente en el banquillo de los acusados como autores de un delito continuado de estafa, otro de hurto y con la agravante de abuso de confianza. Se enfrentan a 4 años y medio de prisión que la abogada de la defensa, Carmen Sánchez Herrero, rechaza y pide la libertad provisional.

Los hechos, según la acusación que ejerce el Ministerio Fiscal, tuvieron lugar el 26 de septiembre del 2015 en el domicilio de la víctima. El denunciante quedó con los acusados para dar un paseo y tomar unas consumiciones previas a la cena.

Cuando llegaron a la vivienda y al término de la velada, supuestamente, no solo se beneficiaron de la amistad, sino también del estado de embriaguez mezclado con el consumo de algún piscofármaco del anfitrión para desvalijarle. Según destaca la acusación pública, Eugen M. y Katia L., le quitaron joyas, el teléfono móvil, documentación y una tarjeta bancaria. Al salir del domicilio de madrugada, supuestamente, hicieron varios reintegros por valor de 1.000 euros. No pudieron hacer más porque en uno de los cajeros se quedó retenida la tarjeta.

La versión de los acusados fue muy diferente ante el Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza. Katia L. llegó a señalar que estaban cuidando de la víctima en la casa y que en un momento dado les pidió que pagaran unas facturas de telefonía móvil que tenía pendiente. Para ello, según su relato, el denunciante les llegó a dar todos los datos bancarios necesarios para hacer los movimientos que ahora le imputan. También apuntaron que no estaban tan embriagados como señala la Fiscalía.