Un zaragozano de 46 años falleció ayer ahogado en Cambrils cuando se bañaba en una playa en la que ondeaba una bandera amarilla por el mal estado en que se hallaba el mar. Al parecer, según los primeros indicios, el bañista pudo verse arrastrado por la fuerza del oleaje hasta una zona de rocas donde se golpeó. Asimismo, en la misma jornada, perdió la vida una mujer de 77 años en la cercana playa de Salou, también con bandera amarilla. Ambos fallecimientos elevan ya a 13 la cifra de muertos en las playas catalanas este verano.

El accidente en el que se vio implicado el turista aragonés (del que se desconoce su identidad) ocurrió en la playa de El Cavet. La víctima fue hallada, ya ahogada, en una zona cercana a las rocas, según un portavoz de Protección Civil, que baraja la hipótesis de que se diera un golpe contra las piedras o sufriera un desvanecimiento. Los equipos de emergencia desplazados tampoco pudieron reanimarle.

BALANCE La mujer, en cambio, murió en la arena de la playa, después de que un grupo de socorristas sacaran a tres mujeres de edad avanzada en la playa Larga de Salou, que daban señales de que no podían salir del agua por el fuerte oleaje.

Una de ellas, de 77 años y vecina de Mollet del Vallés, no pudo superar una parada cardiorrespiratoria y no respondió a los ejercicios de reanimación que le fueron practicados.

El pasado sábado también se registraron otros dos incidentes menos graves por baños en mala mar y en 26 playas ondeó la bandera amarilla de advertencia. Una mujer de 78 años pudo ser rescatada en Estartit y trasladada al hospital Josep Trueta de Gerona, donde quedó ingresada.

También en la playa de San Cristóbal de Vilanova y la Geltrú fue rescatado un bañista de 70 años y trasladado al hospital de Bellvitge, en Barcelona.

Fuentes de Protección Civil atribuyen el aumento de incidentes y víctimas a la mala mar, que obligó a izar la bandera amarilla en varias playas. "Hay muchos incidentes con turistas de zonas de secano, que no están familiarizados con las banderas y las advertencias y que se confían. En Tarragona hay zonas donde puedes entrar fácilmente, pero por culpa de la resaca salir es más difícil", apuntaron.

La mayoría de los 13 bañistas fallecidos son españoles, aunque hay también un belga, un ruso y un francés. Siete tenían más de 70 años, y siete de ellos se bañaban en aguas donde ondeaba la bandera verde o en calas apartadas donde no hay servicio de socorrismo. Ha habido además tres casos, repartidos entre Calella y Santa Susana (Maresme) y en La Ampolla (Bajo Ebro).