El tren modelo tamagochi que debería haber realizado ayer el recorrido entre Teruel y Zaragoza a primera hora de la mañana dejó tirados a los dos únicos viajeros que habían comprado su billete tras una avería. Renfe les ofreció un transporte alternativo por carretera que les permitió llegar a su destino dentro del horario establecido, pero los colectivos en defensa del territorio denunciaron que este tipo de incidentes se han convertido en norma y calificaron de «demencial» el servicio ferroviario al que se enfrentan diariamente.

«La noticia sería que los trenes de esta línea salieran puntuales, sin fallos en su calefacción o que llegaran a la hora prevista», lamentó ayer el portavoz de Teruel Existe, Manuel Gimeno. El colectivo ha denunciado en numerosas ocasiones el mal funcionamiento del transporte de viajeros entre la capital provincial y Zaragoza.

Gimeno recordó que en los últimos dos años los trenes tamagochi han tenido casi 325 averías de tipo mecánico y que se han registrado casi 800 incidencias, desde sufrir goteras en su interior o quedarse sin combustible en mitad de la vía. «Los propios maquinistas consideran que la máquina es una completa chatarra rodante que se tendría que jubilar», alerta.

REPERCUSIÓN EXTREMEÑA

El incidente registrado ayer en Teruel recuerda a la avería de varios trenes en Extremadura, con mayor repercusión mediática y denuncias públicas por parte de las autoridades. «Lo que pasa en Aragón solo se puede entender por la falta de voluntad política, pues los medios ferroviarios son mucho más antiguos que en otras comunidades», señaló Gimeno.

En la comunidad Renfe lleva sin actualizar el material rodande desde hace diez años y destina los peores vehículos de pasajero a líneas como la que une Teruel con Zaragoza o la que alcanza la estación de Canfranc. «La velocidad media que puede alcanzar el tamagochi entre las dos capitales es la más baja de todo el Estado», afirma.

La plataforma para la Defensa del Ferrocarril fue otro de los organismos que mostró su descontento con la situación de abandono que vive la provincia de Teruel en relación a sus comunicaciones. El objetivo de todos los colectivos sociales es el de lograr «un altavoz ciudadano» para frenar la degradación en el que se puedan sumar los políticos. «Cuando los dirigentes alzan la voz con declaraciones duras se logran más resultados», recordó Gimeno.