La Asociación Cultural 18 de Noviembre, ubicada en la zaragozana calle Madre Sacramento y vinculada a un grupo de ideología neonazi, debe cerrar el local y clausurar su actividad con carácter inmediato. Así lo decretó ayer la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, debido a que carece de las licencias urbanística, de actividad y de apertura. En caso de que la asociación no acate la decisión voluntariamente, la Policía Local procederá al precinto del local.

Se trata de un local ubicado en el número 20 de Madre Sacramento y que ha servido de punto de encuentro para concentraciones de jóvenes de vinculación neonazi de distintos puntos de España y de otros países.

Según Urbanismo, el titular de la Asociación Cultural 18 de Noviembre, la Asociación Iberia Verde, no ha solicitado ni obtenido la necesaria licencia de actividad sujeta al Reglamento General de Policía, Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas. En ese sentido, desde Urbanismo se señala que este reglamento afecta a dicha asociación, en la que se pueden "llegar a juntar bastantes personas, lo cual puede suponer un riesgo para ellos, para lo que debe haber los correspondientes sistemas antiincendios; un riesgo para terceros, tanto por los accidentes que puede haber allí como por los eventuales perjuicios que pueda causar un grupo de gente reunida".

La asociación tampoco contaba con las licencias urbanística y de apertura. Además, se sitúa en la zona saturada K, por lo que se imposibilita el ejercicio de la actividad con carácter definitivo.

La noticia del cierre fue recibida por los vecinos con indiferencia y satisfacción. "Quiero expresar mi satisfacción por la orden de cierre, porque este local no tenía ningún permiso. Ahora tendría que culminarse el expediente que abrió el delegado, porque es evidente que ahí se reunía un grupo neonazi", manifestó ayer un vecino, que denunció "la intimidación y la exhibición de simbología nazi" que ejercían sus miembros. "Nunca hemos visto nada problemático. Esta es una calle tranquila", comentaba una pareja.

Los comerciantes de la calle apenas reaccionaron a la decisión de Urbanismo y mayoritariamente atribuyeron "normalidad" al entorno del local, principalmente a causa de que los horarios de los establecimientos no coinciden con las actividades allí desarrolladas. "Nunca he tenido ningún problema con ellos. Yo cierro mi comercio a las 20.30 horas y apenas les veo", explicaba ayer una comerciante. "No hemos tenido problemas con ellos, pero una vez sí vi cómo abordaban a una persona negra" afirmaba otro propietario.