Un padre y su hijo, J. M. P. y J. M. A., se conformaron en la mañana de ayer en la Audiencia de Zaragoza con una pena de cinco meses al admitir que desvalijaron dos viviendas que habían alquilado en el barrio zaragozano de Juslibol, en torno al año 2015.

Al aceptar los hechos, ambos evitaron una condena muy superior solicitada por el acusador particular Diego Gracia, quien pedía entre ocho y 10 años de cárcel, así como penas de multa, por los delitos de estafa procesal, apropiación indebida, daños y robo con fuerza en casa habitada.

Según Diego Gracia, los acusados se apoderaron de todo el mobiliario existente en las viviendas tras ser desahuciados por impago e incluso volvieron cuando el propietario hubo cambiado las cerraduras. Los bienes robados fueron trasladados a una fábrica en Cadrete de donde los imputados, supuestamente, también se llevaron la maquinaria.