Tremendo susto el que una pareja de jóvenes zaragozanos se dio anteayer por la tarde cuando caminaba por la senda del río Huerva, a la altura del paraje de Fuente de la Junquera. Acababan de descubrir entre los matorrales un esqueleto humano semienterrado. Rápidamente llamaron a la Policía que se personó para ver qué pasaba.

No era una falsa alarma. A orillas de este afluente del Ebro había un cadáver, por lo que se movilizó la Brigada de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía en Aragón, junto a la comisión judicial. La noche caía, así que el juez de guardia decidió posponer la excavación para extraer el cuerpo a primera hora de la mañana de ayer. Una patrulla hizo las labores de vigilancia pertinentes hasta ese momento.

A las 9.00 horas volvieron al lugar los agentes del Cuerpo Nacional de Policía, los miembros de la Hermandad de la Sangre de Cristo encargados del traslado y los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) Salvador Baena y María Pilar del Ruste. Fue necesario el uso de herramientas propias de antropólogos para desenterrar el cuerpo. La meticulosidad es importante en estas labores. Y es que cualquier resto escondido entre la tierra puede aportar información de cara a la investigación.

SIN IDENTIDAD

El estado del cadáver ha imposibilitado por el momento saber a quién corresponde. No llevaba ningún documento que le acreditara, incluso si es hombre o mujer. Su muerte podría datar de hace unos tres años, según estas mismas fuentes, quienes apuntaron que estaba muy afectado por la humedad de la cercanía al río y los cambios de temperatura al estar a la intemperie.

Aparentemente no presenta signos de violencia, si bien será necesario el estudio que hagan los forenses para descartar un posible crimen. La hipótesis inicial con la que trabajan desde Homicidios es que pueda ser un indigente o una persona desaparecida.

En el caso de esto último, cuando los especialistas en Medicina Legal determinen la data de la muerte y el sexo, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía lo cotejarán con las personas que estén en la lista de desaparecidos. La ropa también puede ofrecer información para ello.

En un primer momento se descarta que el cuerpo pudiera haber sido arrastrado en alguna crecida del río y que la muerte se hubiera producido aguas arriba. No obstante, sí presentaba restos de lodo que hacen pensar a los investigadores que el hecho de que estuviera semienterrado no fue por acción humana, sino por el aumento del caudal del Huerva. Este hallazgo sorprendió a muchos vecinos de la zona, que habían salido a correr o pasear.