El Gobierno de Aragón prohibió ayer de nuevo, a través del Salud, consumir agua de boca en el pueblo de Santa Eulalia de Gállego, al haber hallado restos de pesticida de lindano en una cantidad superior a la permitida legalmente.

Ahora, los técnicos de la DGA tratan de averiguar el origen de esta contaminación, para determinar si tiene su causa en un pico de lindano en el cauce del Gállego, con motivo de las últimas precipitaciones, o si se circunscribe a la red de distribución. El pueblo, según apuntó ayer su alcalde, José Antonio Casaucau, se ha dotado de una nueva depuradora y se han instalado filtros de carbón activo con el fin de mantener el agua dentro de unos límites de potabilidad. Sin embargo, cambiar la red de distribución tendría un coste elevado, alrededor de 700.000 euros, según Casaucau.

Por otro lado, CHA calificó ayer la "irresponsabilidad la labor del Gobierno de Aragón y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a la hora de proteger a la ciudadanía contra los efectos de la contaminación".

En un comunicado, la formación indicó que las nuevas mediciones señalan una alta concentración de este producto químico en el agua de boca de municipios junto a la cabecera del río, como es el caso de Santa Eulalia, que ha vuelto a la situación anterior, y el de Casas de Esper, donde todavía no se puede beber desde septiembre.

Asimismo, Ecologistas en Acción criticó ayer el informe encargado por la DGA sobre la contaminación de lindano en el río Gállego, que advierte de la posibilidad de que se produzcan nuevas fugas, por considerar que no entra a analizar las causas de que se produzcan acumulaciones de restos de pesticida que se ponen en movimiento cada vez que se registran precipitaciones fuertes.

Para Mariano Polanco, responsable de la entidad en Sabiñánigo, "se nota claramente que no se quieren establecer causas, porque todo indica que se ha hecho un traslado desastroso y negligente".