El PSOE consolidará mañana, con los plenos de constitución de las comarcas, su poder territorial en Aragón tras las últimas elecciones generales, obteniendo las presidencias de 28 de las 33 en la comunidad, 26 de ellas en solitario y otras dos de forma rotatoria con el PAR, su socio en la mayoría de estos entes, si se cumplen las previsiones y a falta de lo que puedan cambiar las negociaciones de ultimísima hora. Ayer mismo se anunciaba un último pacto de PSOE y Ciudadanos para la Hoya de Huesca.

Aunque los aragonesistas también forjarán alianzas con otras formaciones, como el PP, que les dará el Maestrazgo, según fuentes populares, ya que la directriz que salió de sus direcciones provinciales fue explorar apoyos a las listas más votadas. Y los socialistas, por su parte, obtendrán respaldo de otros partidos de izquierdas en algunas comarcas donde el pacto con los aragonesistas no es aritméticamente necesario.

El PP, por su parte, sufre un retroceso en el mapa comarcal de poder, que tradicionalmente no era su fuerte, al perder Daroca y no goberar en otras circunscripciones donde sí fue la fuerza más votada, como en Teruel, en las que los pactos entre el PSOE y otras fuerzas le apean de la presidencia.

Así, según fuentes populares, no conseguirán ninguna presidencia en Teruel, ya que la única en la que tendrán un papel de gobierno será el Maestrazgo, pero le darán el puesto al PAR. Sí regirán en Tarazona, donde repetirá Alberto Val con el apoyo de Ciudadanos, en función de un pacto global que les dará también la del Bajo Aragón-Caspe, aunque en este caso compartirán el primer puesto con la formación naranja, dos años para cada uno. Será la única entidad que contará con una presidencia del partido de Albert Rivera, aunque sea rotatoria.

Una fórmula que también será la elegida por el PAR y el PSOE en dos de las comarcas que regirán en coalición, Gúdar-Javalambre y Albarracín, comenzando con los dirigentes del PAR antes de dar el relevo a los socialistas. En otras tres (la citada del Maestrazgo, Andorra-Sierra de Arcos y Jiloca) liderarán en solitario, según fuentes de la formación aragonesista, con apoyo del PSOE en las dos últimas.

PODER TERRITORIAL

Las cinco comarcas con presencia del PAR son una cifra nada despreciable para sus resultados electorales, por ejemplo en comparación con las dos del PP, y dan la razón a Arturo Aliaga cuando incidía en que su partido no solo tiene tres escaños en las Cortes sino presencia que tienen en ayuntamientos, diputaciones y comarcas, de la que otras formaciones con más representatividad autonómica, como Podemos, carecen.

Por provincias, en Huesca el PSOE consolida en las comarcas su poder omnímodo, que le llevó a conseguir por mayoría absoluta la diputación provincial (en realidad se hizo con las tres). Logra todas las comarcas oscenses, y en las únicas que había alguna duda, como podía ser el Bajo Cinca, su alianza con el PAR terminó de despejar las incógnitas. Aunque los pactos de gobernabilidad en la provincia, en su mayoría con intervención del PAR, son de lo más variado, desde CHA -fórmula que se repetirá previsiblemente en el Gobierno de Aragón- hasta las distintas marcas electorales de IU y Podemos.

En Teruel es donde se concentra el poder territorial del PAR, tanto en las que consigue para sí como en las que apoya a los socialistas, que contarán con su respaldo en todas las de la provincia salvo el Bajo Martín, en la que los socialistas se alían con Izquierda Unida.

Zaragoza no será una excepción a esta entente del PSOE y el PAR, aunque en varias de las comarcas las pueden regir los socialistas sin más apoyo, y en dos de ellas, Tarazona y el Bajo Aragón/Caspe, el Gobierno irá para el centro-derecha. La polémica del ayuntamiento de Tarazona con el sueldo de la edil de Ciudadanos hizo temer por la alianza, pero se cumplirá.

Las entidades comarcales se constituirán en los plenos de mañana, salvo la Comarca Central, que tomó la delantera el viernes con su primera corporación, que se cerró casi dos décadas después de que se iniciase el proceso de comarcalización de Aragón.

Pese a todos los reproches que han generado estas entidades supramunicipales, en particular por parte de Ciudadanos en los últimos tiempos (aunque también el PSOE era partidario de revisar el modelo en las anteriores elecciones), su papel como prestadoras de servicios está bastante consolidado, y su distribución de competencias con las diputaciones y el Gobierno autonómico está cada vez mejor perfilado. Todavía hay ciertas discrepancias sobre el cariz político y la retribución de los consejeros comarcales, aunque en la mayoría de ocasiones el estipendio se reduce a las dietas por kilometraje o asistencia a plenos y los fondos van mayoritariamente a servicios.