El PSOE y el PAR plasmaron ayer en las Cortes de Aragón sus desacuerdos sobre el proyecto diseñado por el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza para el estadio de fútbol de la Romareda. Socialistas y aragonesistas, socios en la DGA, dejaron claro que no piensan lo mismo sobre esta polémica actuación y votaron de forma contraria una propuesta para intentar frenarla. Ambos argumentaron que son coherentes con el papel que juegan en el consistorio.

En la última sesión del Debate sobre el Estado de la Comunidad, jornada de votación de las propuestas de resolución, IU planteó una iniciativa para instar al Gobierno de Aragón de PSOE y PAR a intentar frenar la reforma del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Zaragoza diseñada por el PSOE-CHA (Gobierno municipal) para la Romareda. Los socios municipales pretenden remodelar el campo de fútbol en su actual ubicación y crear usos terciarios en la zona mediante la recalificación de lo que hoy son sistemas generales.

EL ORIGEN Más allá del debate sobre la idoneidad o no de dejar la Romareda donde está en lugar de trasladarla, el diputado de IU, Adolfo Barrena, quiso mostrar su desacuerdo por una modificación que consideró perjudicial y que --a su juicio-- puede suponer graves problemas para la zona que alberga el mayor hospital de Aragón, el Miguel Servet.

En realidad, la propuesta fue una prueba de fuego para dos partidos que en el consistorio no gobiernan juntos y piensan diferente. El PAR votó a favor de la iniciativa de IU (en el ayuntamiento, los ediles rechazan los planes de PSOE y CHA). Sin embargo, los socialistas rechazaron la propuesta en las Cortes, dándole así un respaldo implícito al alcalde, Juan Alberto Belloch, y plasmando por primera vez en la Cámara una relación, PSOE-CHA, habitual en el municipio pero inédita en el Parlamento.

Esa suma, socialistas y nacionalistas, hizo que la iniciativa de IU fracasara, pues ambos partidos sumaron 35 votos frente a los 30 que lograron unir los proponentes, el PP y el PAR.

El aragonesista Javier Allué y el socialista Carlos Tomás quisieron dejar claro que su voto en la Cámara era coherente con su postura en el ayuntamiento. Y restaron importancia a esta divergencia en el Gobierno autónomo, que provocó comentarios jocosos entre sus señorías.

Hace unos días, el vicepresidente aragonés y presidente del PAR, José Angel Biel, avisó que en la polémica sobre la Romareda la DGA no va a renunciar a las competencias que tiene. Este hecho causó cierta preocupación en el ayuntamiento, por si suponía la posibilidad de que los aragonesistas forzaran al PSOE en el Gobierno autónomo a frenar esta actuación, a pesar de apoyarla en el consistorio (donde en este tema va a remolque de Chunta). Las dudas parecieron despejarse ayer.