Los vecinos de Riodeva no han estudiado nunca paleontología pero saben que desde el pasado miércoles su pueblo se ha convertido en el punto de mira no sólo de la comunidad científica internacional, sino de multitud de medios de comunicación y curiosos que nunca antes habían mostrado tal interés por lo que esconden sus campos de labor, ahora abandonados en su mayoría.

La aparición de los restos fósiles de una nueva especie de saurópodo que podrían pertenecer al dinosaurio más grande jamás conocido ha revolucionado a los habitantes de este municipio de algo más de 200 habitantes. "Antes nadie había oído hablar de Riodeva, pero ahora nos conocen en todo el mundo", comentan algunos vecinos en el único bar de la localidad.

Sorpresa

La hermana del propietario de la finca donde se encuentra el yacimiento de Barrihonda, Elena Romero, de 68 años, asegura que su familia cultivó durante años la parcela donde ahora trabajan los paleontólogos de Dinópolis sin que sospecharan siquiera la existencia de los fósiles. "Mi padre nunca imaginó que aquellas piedras que tiraba al ribazo cuando araba la tierra pertenecieran a los restos de un dinosaurio", asegura.

Desde la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, su presidente, Luis Alcalá, afirma que estamos ante un conjunto de yacimientos "cuyo estudio conmocionará el mundo de la paleontología por sus características excepcionales, únicas en el mundo".

Un descubrimiento que ha cogido por sorpresa a los habitantes de Riodeva, que han tardado poco en darse cuenta de las ventajas de todo lo sucedido. "Estamos muy orgullosos", dice el alcalde, Emiliano Górriz, cuya gran preocupación ha sido siempre "la creciente despoblación del municipio". Emiliano presiente que gracias a eso que los técnicos llaman saurópodo la despoblación podría frenarse al fin.

"Nos gustaría que el Gobierno de Aragón contara con nosotros para una posible ampliación de Territorio Dinópolis, instalando aquí una nueva sede satélite como ya se ha hecho en otras localidades de la provincia como Galve o Peñarroya de Tanstavins", dice el primer edil.

Actualmente, la mayoría de los habitantes que trabajan en Riodeva los hacen en una mina donde se extraen arenas para la fabricación de vidrio y caolines. La posibilidad de formar parte del recorrido turístico de Dinópolis abriga la esperanza de que el pueblo se desarrolle a través del turismo, que ahora también acude para visitar el bello paraje de Los Amanaderos , "que está en esa dirección, cercano a las pistas de esquí de Javalambre", explica Górriz mientras señala con una mano.

De momento, el municipio cuenta con un albergue en su primera fase de ampliación y un pequeño restaurante que regenta un matrimonio joven de la localidad desde que acabaron sus estudios de la Escuela de Hostelería de Teruel, pero el alcalde de Riodeva ya piensa en acondicionar los barrancos salpicados de saltos de agua cercanos al municipio para completar un recorrido turístico que atraiga a más visitantes hasta el pueblo.

Y es que el tesoro del cretásico que ha aparecido en las entrañas de esta pequeña localidad puede cambiar el futuro de sus habitantes de un plumazo. De la noche a la mañana, Riodeva y sus 200 habitantes han encontrado su sitio en el mapa. Un lugar en la historia de la evolución. Casi nada.